Por el Dr. Ricardo Passone.
Qué es el "pantallismo", la adicción a las pantallas que desconecta a los niños y jóvenes de la realidad Qué es el "pantallismo", la adicción a las pantallas que desconecta a los niños y jóvenes de la realidad
Uno de cada 5 niños, adolescentes y jóvenes tiene adicción a las pantallas, lo que puede resultar en falta de atención, trastornos de conducta y baja autoestima. Desde la plataforma de contenidos audiovisuales protagonizada por la infancia "Tenemos Mucho Que Decir", creada por Aldeas Infantiles SOS, el psicólogo Jordi Royo, la 'gammer' Tania Santana y el joven Max Kratzmaier buscan concienciar sobre los riesgos de estar continuamente conectados.
Las redes sociales, la pornografía y los juegos online mantienen a muchos adolescentes enganchados diariamente a las pantallas. El uso repetitivo, impulsivo y prolongado de estas tecnologías, así como la incapacidad de controlar su consumo, les hace desconectarse de la realidad e impacta negativamente en su salud, vida social, familiar y escolar.
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El confinamiento durante la covid-19 no ha hecho más que agravar el pantallismo (adicción a las pantallas), un problema que había comenzado a detectarse antes de la pandemia y con el que muchos jóvenes y sus familias tienen que lidiar a diario. Y es que, a diferencia de otras sustancias ilegales que también causan adicción, el problema es que las pantallas están presentes en el día a día de la mayoría de las personas. De hecho, hay estudios que ponen sobre el tapete que estar más de 3 horas diarias conectados por motivos de ocio está considerado como un mal uso de las mismas.
"El pantallismo es muy transversal Abordar una adicción a las pantallas no es más fácil que abordar una adicción a una sustancia psicoactiva o un trastorno de la alimentación. Requiere de un tratamiento, pero nos podemos recuperar", asegura Jordi Royo, psicólogo especializado en adolescentes y jóvenes.
¿Qué efectos tiene relacionarnos con el mundo a través de una pantalla? Desde Aldeas Infantiles SOS recuerdan que los pediatras de atención primaria ya han alertado del incremento de niños y niñas menores de 3 años con retraso psicomotor por abuso de pantallas y que más del 50% de los jóvenes españoles dice que las redes sociales influyen en su salud mental.
"Uno de cada 5 niños, jóvenes y adolescentes tiene adicción a las pantallas, pudiendo desarrollar falta de atención, desorientación, trastornos de conducta o falta de autoestima", añade Royo.
El uso prolongado de pantallas puede afectar la salud ocular de varias formas, entre ellas:
Fatiga visual
La falta de parpadeo al concentrarse en una pantalla puede causar cansancio en los ojos, sequedad, irritación o visión borrosa.
Defectos de refracción
Usar pantallas a una distancia corta puede aumentar la miopía u otros defectos de refracción.
Luz azul
La luz azul emitida por las pantallas puede afectar la calidad del sueño y la producción hormonal.
Estrés oxidativo
La exposición crónica a la luz azul puede causar estrés oxidativo y muerte de células de la retina.
Para reducir la fatiga visual, puedes: Parpadear con frecuencia; Mantener una distancia adecuada entre la pantalla y tus ojos (al menos 50-60 cm); Hacer pausas, como la regla 20-20-20 (20 segundos de descanso cada 20 minutos de actividad); Regular la intensidad lumínica del dispositivo; Asegurarse de que el lugar donde utilizas el dispositivo cuenta con la iluminación adecuada.
Si las molestias se prolongan en el tiempo, es importante acudir al oftalmólogo.
¿Qué papel juega la luz azul en la salud ocular y visual?
Los ojos humanos no están diseñados para enfocar tantas horas a distancias tan cercanas como cuando leemos o miramos las pantallas de nuestros móviles.
Esto solo ya puede acabar provocando el síndrome visual informático (SVI), con síntomas como cansancio ocular, picor de ojos, visión borrosa, problemas de enfoque, ojo seco e hipersensibilidad a la luz, entre otros, ya que durante éste proceso la frecuencia de parpadeo disminuye de forma importante.
La luz azul o luz de onda corta emitida por estos dispositivos no tendría afectaciones graves en la retina, pero sí algunas leves. Hay evidencias, pero sin unanimidad.
Existen distintos estudios científicos que concluyen que la exposición a la luz azul traspasa la córnea y llega a la retina, lo que puede provocar ojo seco, cataratas y degeneración macular.
Los autores remarcan que también influye en la producción hormonal y afecta negativamente a la calidad del sueño.
La luz azul afecta directamente al ciclo circadiano del cuerpo. Durante el día nos despierta y estimula, pero la excesiva exposición de este tipo de luz que proviene de la televisión, ordenador o teléfono móvil durante la noche puede dificultar la conciliación del sueño. Por este motivo es recomendable limitar las horas delante de una pantalla durante las dos horas previas a acostarse.
No se ha estudiado lo suficiente si la luz azul puede provocar otros problemas graves, como pérdidas de visión. Hay pruebas que sugieren que, con exposición crónica, puede haber estrés oxidativo e incluso muerte de células de la retina especializadas en la foto recepción.
¿Qué podemos hacer para evitar molestias con el uso de las pantallas digitales?
Podemos aplicar la norma de los 20-20-20. Se trata de apartar la mirada de cualquier pantalla cada 20 minutos y mirar a un objeto situado a 20 pies de distancia (unos 6 metros) durante al menos 20 segundos.
Controlar muy bien la distancia en la que trabajamos frente a estos dispositivos. Respetar los 40-50 cm frente al ordenador y nunca utilizar el teléfono móvil o la tableta a menos de 30 cm.
Muy importante también es el tiempo que pasamos al aire libre, no sólo por utilizar menos la visión cercana, sino que también nos beneficia la exposición a la luz solar.
Cuando enfocamos de cerca, estamos estimulando la acomodación del ojo para poder enfocar en distancias cercanas y no relajamos la musculatura y el ojo intenta adaptarse. El globo ocular se alarga y se hace más miope, lo mismo ocurre con los niños lectores compulsivos: en este sentido, no está demostrado que las pantallas sean peores, pero lo que sí generan es más adicción.