Analizó el retorno público de Cristina y señaló el "fin de la época de las hegemonías políticas"
Zuleta Puceiro: "Milei podrá avanzar en los ajustes, pero por un tiempo limitado" Zuleta Puceiro: "Milei podrá avanzar en los ajustes, pero por un tiempo limitado"
El reconocido analista político Enrique Zuleta Puceiro hizo un balance de los primeros meses de gestión de Javier Milei, tanto en lo político como en lo económico. Sostiene que el único propósito claro que muestra el Gobierno es avanzar a la dolarización, y cuestionó la "celebración" que hizo el Presidente sobre el superávit primario y financiero de enero, al señalar que el país está "paralizado".
También advirtió que los libertarios no pueden gobernar peleándose con las provincias. Además, sostuvo que la actual gestión, lleva adelante una política antiinflacionaria "bajo un argumento teórico equivocado".
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En una entrevista profunda con EL LIBERAL, Zuleta Puceiro marcó los aciertos y errores del gobierno y mencionó las señales de alerta a las que deberá prestar atención Milei.
"El balance de los primeros dos meses de gobierno de Javier Milei arroja resultados dispares. En el frente de la política económica, el gobierno parece orientado a avanzar a toda costa en pos de objetivos aun no del todo claros, aunque todos afines al propósito general de la dolarización. En el frente de la política, las resistencias del Congreso y la Justicia revelan la fuerte resistencia del sistema político a habilitar los márgenes de discrecionalidad que reclama el gobierno", señaló el analista.
Y subrayó: "Las primeras resistencias bastaron para que la ofensiva inicial -basada en la sincronización de instrumentos como el DNU y la Ley Ómnibus- quedara de hecho paralizada. Esta estrategia, imaginada ya por todos los espacios de la oposición: bolsones absolutamente superfluos del gasto estatal o, lo que es primeras dificultades, le dio la oportunidad para una retirada estratégica como así, relevancia a una estrategia más gradualista, basada en avances sectoriales, comenzando por aquellas áreas donde se descuenta una casi unanimidad de apoyos, como por ejemplo las reformas laboral y fiscal".
-A pesar de haber celebrado el Gobierno un superávit primario financiero en enero, el crecimiento de la pobreza a niveles históricos ¿es el dato que marcará la agenda económica y política de los próximos días?
-La celebración del gobierno es un expediente más bien retórico. Es como si alguien celebrara haber logrado el equilibrio presupuestario familiar con el solo expediente de no pagar los impuestos, la medicina prepaga, los colegios de los hijos y las expensas. El país está absolutamente paralizado y el gobierno ha suspendido el pago de todos sus compromisos, incluidos algunos elementales como los referidos a toda el área de protección social. Tengamos en cuenta, sin embargo, que esta política drástica de suspensión de pagos, desindexación de salarios y jubilaciones y de contención del gasto sirve, es verdad, para poner de manifiesto que es posible desindexar la economía y avanzar hacia el equilibrio fiscal. Lo que es aun más importante, sirve para demostrar que la salida a la crisis del Estado está en devolver a las provincias sus competencias originarias en materia de salud, educación, seguridad, medio ambiente y desarrollo social. Si esta política de devolución va acompañada de una reforma fiscal inteligente, es posible que estemos encaminándonos en la buena senda.
-¿El gobierno está logrando encauzar el problema de la inflación o aún los argentinos debemos padecer este flagelo por mucho tiempo?
-La política antiinflacionaria del gobierno descansa sobre un fundamento teórico equivocado, mantenido a rajatabla por la ortodoxia económica: la de que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario. El gobierno se abraza a este dogma con verdadera ferocidad y descalifica con violencia cualquier otra idea. Bajo estas condiciones, no soy muy optimista. La inflación es un fenómeno multicausal, especialmente en países como el nuestro, en el que el funcionamiento de los mercados es muy deficiente, el Estado es un instrumento de pactos corporativos, la economía informal alcanza a casi la mitad de la actividad económica y se perpetúan fuertes distorsiones. Pensemos solo en el hecho de que Argentina es la sociedad con mayor atesoramiento privado del mundo. De acuerdo con datos oficiales, los argentinos tienen 350 billones de dólares en blanco atesorados, a lo cual hay que sumar casi otro tanto en negro. El 10% de los billetes de dólar emitidos está en manos de argentinos. Es una sociedad en la que los actores económicos y políticos compiten en lo que habría que cooperar y "cooperan" en lo que habría que competir. Solo conozco una sociedad parecida y es la isla de Sicilia. Una economía cerrada, pactos corporativos abroquelados y protegidos por el Estado y un desprestigio profundo de la política explican por qué para la inflación debemos acudir a explicaciones múltiples.
-¿Milei podrá gobernar dándole la espalda al Congreso y peleándose con las provincias?
-Podrá avanzar en los ajustes. Por un tiempo limitado. La experiencia mundial y de nuestro país demuestra que los ajustes estabilizadores solo funcionan en la medida en que se cumplan ciertas condiciones. Primero, que tengan un horizonte claro y definido de reformas estructurales; segundo, que no haya ganadores y perdedores; tercero, que el avance institucional vaya en paralelo al avanza de la economía. Estas tres condiciones requieren un funcionamiento del Congreso, un acompañamiento en las reformas y un papel decisivo de la Justicia garantizando los compromisos, contratos, consensos y sobre todo certificando las nuevas relaciones. El país puede funcionar sin Congreso, tenemos la experiencia de los dos últimos gobiernos con el Congreso paralizado. Lo de las provincias es diferente. Las provincias tienen una importancia capital. Todas han logrado el superávit fiscal, han organizado sus economías, desarrollan inversiones y generan divisas. Con la excepción de Buenos Aires, el país funciona. Una demostración fue el muy inteligente adelantamiento de las elecciones, que permitió a las provincias marginarse del desastre político de la Nación y de la provincia de Buenos Aires. Muchos gobernadores siguen sin entender esto y se mueven por impulsos partidarios o de facción. Deberían entender la importancia que tendría hoy un consenso total de las provincias, reflejado en una Conferencia General de gobernadores, del tipo de las que existen en todos los países federales. Ello permitiría recuperar para el sistema federal las competencias y sobre todo los recursos que durante años ha ido acaparando el Estado Nacional. Si Milei no entiende a las provincias, le ocurrirá lo que a todos los gobiernos anteriores. Las provincias son el fiel de la balanza. Son las instancias en las que se produce la riqueza nacional, la innovación y el desarrollo en todos los aspectos. Este momento diría que es ideal, porque las evidencias son múltiples y el fracaso de las recetas centralistas es terminal.
El retorno de Cristina y el fin de la época de la hegemonía
-¿Cómo debemos leer la reaparición de Cristina Kirchner?
-Cristina Kirchner ha tratado de introducir un principio de organización en un peronismo fragmentado. No le será nada fácil, porque la época de la hegemonía ha terminado. En todos los partidos. Ella y Mauricio Macri son los dirigentes por lejos más desprestigiados del país y emergen nuevos dirigentes, ninguno de ellos con posibilidades de refundar políticas de liderazgos exclusivos y excluyentes. Su documento tiene, empero algunos aspectos de mucho interés. Más allá de las explicaciones y diagnósticos, que suscitarán discrepancias múltiples, subrayo su propuesta de avanzar hacia acuerdos interparlamentarios en capítulos decisivos como la seguridad, empleo o la salud. Las propuestas que sugiere tienen poco que ver con la tradición del peronismo y mucho con las ideas que priman hoy en la mayoría de las fuerzas políticas. Pienso que la posibilidad de avanzar hacia consensos, sino en los fines, al menos en los medios, está más cerca que nunca. Esperemos que este reflejo prime sobre la tendencia salvaje a la polarización que envenena a buena parte de la dirigencia argentina.
Creo que nunca tantos argentinos han estado tan de acuerdo en tantas cosas. Se vio en la campaña y se vio en estos dos meses de debates muy ricos en el Congreso y en los medios y redes sociales. Esperemos que las tendencias hacia la convergencia primen sobre las divergencias. Hoy no veo otro obstáculo que el de los egos personales. Las ideas están cada vez más próximas y se perciben ya los avances.