El quiosquero era anfitrión de un "club de amigos" de la pornografía infantil

Un aberrante "club de amigos retorcidos" amantes de la pornografía infantil, funcionaba en la casa del quiosquero detenido el martes pasado. Al menos otros cuatro hombres están en la mira de los investigadores. Se juntaban para ver y compartir videos con imágenes de niños sometidos a abusos sexuales.

Allí básicamente se nutría ayer la investigación del equipo fiscal, con dos detenidos que serán indagados el lunes próximo: un quiosquero del Bº Rivadavia y un músico-contador del Bº Tradición, ex vecinos porque el intérprete residía antes en calle Rivadavia.

El escándalo salió a la luz el martes pasado. Al igual que la primera investigación (de agosto pasado), la de ahora también fue propiciada por organismos de los Estados Unidos.

El alerta internacional

Los expertos alertaron sobre tecnología activada en computadoras de Santiago del Estero. Informadas las fiscales, arrancó el trabajo fino. Lo primero que se habría materializado fue un seguimiento y confirmación de domicilios.

Rápido, varios testigos habrían identificado al quiosquero como un organizador de reuniones en su vivienda particular. Vale destacar que reside solo en una casa, y en los fondos del mismo terreno, vive un hermano con su pareja y una hija.

Con suma rapidez, se supo que a las reuniones asistían amigos del quiosquero, casi todos de clase media-alta. Se juntaban los fines de semana, pero también los jueves y martes, según las minuciosas averiguaciones de los detectives que se nutrieron con testimonios, observaciones y seguimientos.

Celulares que "hablan"

Sin perder tiempo, las fiscales ordenaron secuestrar varios celulares y este lunes, sin falta, serán asignados a los expertos para determinar si existen pruebas de los hechos que se investigan. "Es imposible que la tecnología no haya dejado huellas", confió un funcionario. Con los dos imputados alojados en el Centro Único de Detenidos, incomunicados, las fiscales cumplirían con un pormenorizado análisis de los secuestros retirados desde las dos viviendas.

Sin perder la perspectiva, las fiscales intuyen que aún sin haber sido detectados por la tecnología norteamericana, los otros integrantes del club cruzan los dedos para que su anonimato prevalezca, aún en detrimento del futuro del quiosquero.

Megaoperativo nacional propiciado desde Estados Unidos

Los arrestos fueron resultado de 107 allanamientos simultáneos en domicilios de 62 localidades de Buenos Aires y otras provincias, incluida Santiago del Estero. Los operativos se llevaron adelante a partir del programa Operación Protección de las Infancias II, el cual tiene como principal objetivo desbaratar a las bandas que se dedican a difundir imágenes y videos de prácticas sexuales que incluyen menores.

La investigación de este caso se centró en detectar usuarios que hayan divulgado archivos relacionados con la explotación sexual de niños y adolescentes. Fue clave la información proporcionada por el sistema de investigación estadounidense Internet Crimes Against Children Child On-line Protection System (ICACCOPS).

Las imputaciones, el aspecto clave en el proceso

"Tenencia simple, también con fines de comercialización, tráfico, imágenes y videos de producción de imágenes de contenido sexual con menores", serían las imputaciones en contra del quiosquero. De menor gravedad, es la acusación enrostrada al músico. Representado hasta anoche por la defensa oficial, el quiosquero permanece aferrado al silencio desde el martes. En cambio, el músico será asistido por el abogado Eduardo Font.

La Fiscalía informó ayer que las indagatorias han sido postergadas hasta el lunes, a las 10.30, ya que los informes policiales no arribaron a tiempo en la víspera. Del músico se sabe que años atrás residía en calle Rivadavia. Su entorno lo recuerda dedicado a la música y con frecuentes actuaciones en bares, trascendió anoche.