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La crisis israelí palestina

Por Mg. Pedro José Basbús

13/10/2023 21:19 Opinión
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La crisis israelí palestina La crisis israelí palestina

El reciente ataque perpetrado por el grupo terrorista Hamas ha impactado al mundo no solamente por la rapidez y destrucción lograda, sino por la crueldad que ha seguido al atentado.

Estas circunstancias nos obliga a condenar la violencia, la matanza de civiles (primeras víctimas que caen en todo conflicto armado) pero también nos fuerza a ir un poco más lejos e interrogarnos acerca de la génesis del conflicto armado que azota Medio Oriente no solo en este siglo sino también desde el anterior.

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La crisis actual se remite hacia antes del año 1948, año de la creación del Estado de Israel.

Podríamos decir, en una primera aproximación, que árabes y judíos convivían en la zona de manera pacífica, más allá de ciertos encuentros esporádicos.

Hacia el año 1917 durante la Primera Gran Guerra, Gran Bretaña expresa su apoyo al establecimiento de un estado judío permanente en la zona de Palestina. La Declaración de Balfour (por el instrumento suscrito por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores británico) reconocía el derecho a los judíos a reconstruir su antiguo estado en Palestina, Declaración que fue luego refrendada por la entonces Liga de las Naciones (o Sociedad de Las Naciones).

Palestina fue uno de los antiguos territorios otomanos que la Sociedad De Las Naciones puso bajo administración británica en 1922.

En 1922, finalizada la Primera Guerra Mundial, Palestina se encontraba bajo el Mandato Británico (una especie de misión para el desarrollo de un pueblo) comisión otorgada por la citada Sociedad Internacional y es desde esta figura jurídica que la Organización internacional autoriza a Gran Bretaña a ayudar al pueblo judío a establecer un estado en Palestina. El inconveniente fue que la Declaración de Balfour no mencionaba aspiración alguna para el pueblo árabe existente salvo el respeto a sus derechos civiles y religiosos.

Así las cosas, lejos de crearse un ambiente de paz, los conflictos se incrementaron, corrían los años 1936/1939.

En 1937 se esboza, por primera vez, la teoría de los dos estados, uno judío y otro palestino, con una zona neutral para los lugares religiosos/sagrados, más un año después se abandona la idea por su poca practicidad.

La persistente presencia británica aumentó el recelo entre los palestinos a lo que se suma el aumento de la población judía que, expulsada de Europa por la presencia del nazismo, se asentó en Medio Oriente. Obsérvese que desde los años 1922 a 1947 tuvo lugar la primera ola de inmigración del pueblo judío a gran escala al territorio.

Las reivindicaciones árabes a favor de la independencia y la resistencia a la inmigración judía desembocaron en una rebelión en 1937 por la cual ambas partes recurren al terrorismo y a la violencia.

En 1947 ya creada la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está Organización dicta la Resolución 181 por la que pone fin al mandato británico y propone la creación de un estado árabe y otro judío (lo que se conoce como la partición de Palestina, Resolución 181). Si bien Israel acepta la propuesta y la aprovecha para declarar su independencia en 1948, los palestinos rechazaron la división de la discutida Tierra Santa.

Así las cosas, el nacimiento del Estado de Israel constituyó para el pueblo judío "El día de fiesta" y para los palestinos "el día de la tragedia".

En rigor de verdad, Gran Bretaña, agotados sus recursos por la guerra, buscaba una salida para el vilipendiado mandato otorgado por la Liga de las Naciones (predecesora de aquella) pues no quería asumir más responsabilidades como administradora del territorio. Necesario es decir que Gran Bretaña se había comprometido a crear un "hogar nacional judío" (vgr. La Declaración de Balfour) para lo cual utilizó el mandato otorgado, contando con respaldo internacional, pero pronto se vio atrapada por el conflicto árabe israelí suscitado por el nacionalismo de ambos pueblos.

A pesar de que la Resolución ONU 181 pedía la internacionalización de Jerusalén, la corriente sionista aceptó al plan de partición, lo que fue rechazado por el mundo árabe dado a que estos entendían que aquellos no tenían derecho sobre la tierra y que aún así recibían más territorio.

En mayo de 1948 Egipto, Siria, Jordania, Irak y el Líbano invadieron la zona dando lugar al primer conflicto que termina en el año siguiente con un Armisticio y por el cual la Ribera Occidental se separa de Israel para convertirse en territorio jordano y Gaza en territorio egipcio. Va de suyo que en este conflicto, Israel ocupará casi el 77% del territorio que Palestina tenía durante el mandato británico incluida la mayor parte de Jerusalén.

Este estado de situación se prolonga hasta 1967 cuando Israel, en la denominada Guerra de los Seis días, incorpora territorio tales como las alturas del Golán, la península del Sinaí y Gaza o la Ribera Occidental. Israel quedará en Gaza desde 1967 hasta el año 2005. Esta guerra produce el segundo éxodo palestino (aproximadamente 500.000).

A consecuencias de la Guerra, nace, en 1964 la Organización para la liberación Palestina (OLP) foco de resistencia de la invasión israelí y bajo el liderazgo de Yasser Arafat hubieron enfrentamientos con Jordania hasta el atentado en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972 en donde pierden la vida once atletas israelíes. En 1973 los hechos fuerzan el acercamiento palestino israelí y la OLP se acerca a la solución de dos estados, sin embargo, la lucha iba a continuar.

Después de la guerra del Yom Kippur en 1973, el Consejo de Seguridad de la ONU aprueba la Resolución 338 por la que pide a las partes que iniciaran negociaciones de paz. Con anterioridad y a raíz del conflicto de 1948, había dictado la Resolución 242 por la cual pretendía una paz duradera e incluía la retirada de Israel de los territorios ocupados durante el conflicto y una solución justa para el problema de los refugiados.

En 1974 La Asamblea General de ONU reafirmó los derechos inalienables del pueblo palestino a su libre determinación, independencia nacional y regreso de los refugiados y al año siguiente le otorga a la OLP la calidad de estado observador (en las sesiones de la Asamblea y conferencias de ONU).

En junio de 1982, Israel invade El Líbano con la intención de eliminar a la OLP. El conflicto culmina con la expulsión de la cúpula de la OLP a Túnez.

Desde 1987 y, hasta los acuerdos de Oslo en 1993 se produjeron distintas intifadas o Luchas Santas. En 1994 el presidente de la OLP Yasser Arafat y el premier de Israel Yitzak Rabin junto con el ex presidente Simón Pérez reciben el premio Nobel de la Paz por los acuerdos de Oslo firmados ("Declaración de Principios sobre las Disposiciones relacionadas con un Gobierno Provisional") sin embargo el principal problema, este es, el retorno de los palestinos a sus hogares de 1949 (que ya no existían) no pudo ser resuelto.

En el año 2000, el líder de la oposición Ariel Sharon visitó el Monte del Templo (Al Haram Sharif) lugar sagrado para ambos pueblos, visita que recibió la condena de Yasser Arafat y condujo a violentos conflictos entre judíos y musulmanes.

A continuación Israel comienza a edificar un muro de separación con la Ribera Occidental, ubicado en el territorio palestino ocupado y en el año 2002 el Consejo de Seguridad de la ONU apoya el concepto de los dos estados.

Para el año 2003 el cuarteto compuesto por los EEUU, la Unión Europea, Rusia y ONU presentan un plan denominado "La hoja de ruta hacia La Paz" título que prometía más de lo que sucedió ya que no se alcanzó la solución de dos estados en un territorio.

En el año 2005 Israel se retira de la Franja de Gaza aunque mantuvo el control del espacio aéreo, fronteras y costas, lo que favorece para que Hamas, grupo terrorista, se asiente en Gaza, en detrimento del otro grupo más racional Al Fatah.

En 2008 y conforme seguían sucediéndose los conflictos, Egipto media en un cese del fuego, evitar el lanzamiento de cohetes desde Palestina y a lograr que el bloqueo israelí sea menor. El acuerdo iba a durar hasta diciembre de 2008.

La violencia nunca cesó. Las operaciones Plomo Fundido y Margen Protector llevadas a cabo por Israel en contra de Hamas costaron la vida de más de dos mil palestinos durante el año 2014 de los cuales, el setenta por ciento eran civiles.

En 2017 el presidente de los EEUU Donald Trump calienta de manera innecesaria la zona al trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén lo que implicó violar el estado de zona internacionalizada de la ciudad santa en un explícito apoyo a Israel.

La situación, lejos de calmarse, se radicalizó aún más. En el año 2021 lo que intentó ser un desalojo inmobiliario de familias palestinas cerca de Jerusalén este y el cierre de una plaza popular en el comienzo del Ramadán, movilizó a los líderes palestinos a denunciar a Israel por el intento de limpieza étnica a lo que se sumó la disputa por la zona de la mezquita Al Aqsa, lugar sagrado para musulmanes.

Los hechos que siguieron luego son conocidos, más de dos mil misiles evaden el escudo de protección militar israelí y destruyen zonas civiles causando el terror y motivando la respuesta durísima del gobierno israelí sitiándole la Franja De Gaza y Cisjordania.

Hamas, reitero, es un movimiento terrorista que desplazó a Al Fatah (gobierno palestino moderado en Cisjordania) de La Franja de Gaza. Su fuerte es el discurso anti israelí y considerar a este Estado como enemigo.

La ONU ha dictado Resoluciones que por un lado otorgan la calidad de Estado observador a Palestina (2012) y, por el otro se declararon ilegales las construcciones por parte de Israel en los territorios ocupados desde 1967 y la necesidad de respetar la solución de los dos estados sobre las fronteras existentes a 1967. La Corte Internacional de Justicia ha declarado, en una Opinión Consultiva, la ilegalidad de la construcción del muro que divide ambos estados, más es necesario decir que los puntos más álgidos de un acuerdo duradero son: Jerusalén, ciudad reclamada por los dos estados y las fronteras de un eventual estado palestino duradero.

La presencia de Hamas en la zona es un obstáculo que no favorece a la concreción de algún acuerdo, a lo que se adiciona a que Israel se resiste a fijar una frontera a raíz, justamente, de los ataques que se perpetran sobre su territorio.

Da la impresión de que nos encontramos frente a un conflicto que jamás tendrá solución y que, día a día, agrava la condición de cientos de miles de habitantes de la franja de Gaza y zonas cercanas. La crisis humanitaria debe llamar a la reflexión a las autoridades de ambas partes y a la comunidad internacional toda.

Es imperativo el cese de las hostilidades, es condenable la violencia que ha ejercido y ejerce Hamas. No pueden apañarse las conductas que siembran el terror, pero también es necesario que Palestina mantenga su territorio tal cual las fronteras de 1967.

La paz y seguridad internacionales deben garantizarse en la zona no solamente con la ausencia de guerra sino con el necesario desenvolvimiento económico que garantice la presencia de derechos humanos básicos y que desarrolle a una región que parece subsumida en el fracaso. La solución de los dos estados debe garantizarse.

Es necesario, como dice el libro de Isaías, "que sus espadas se conviertan en arados".

Por Mg. Pedro José Basbús, Magistrado, Docente Universidad Católica de Santiago del Estero.

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