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Fernando Cruz vendía bienes robados y habría golpeado a su madre, previo matar a Mauricio Díaz

Destruía el techo de la casa de María Díaz. Un año de agresiones y robos acabó en secuestro y asesinato del hijo la mujer, Mauricio Díaz. Horror y luto.

19/08/2024 06:00 Policiales
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Fernando Cruz vendía bienes robados y habría golpeado a su madre, previo matar a Mauricio Díaz Fernando Cruz vendía bienes robados y habría golpeado a su madre, previo matar a Mauricio Díaz

"Ahí acabo de hincar a tu hijo en los pulmones", anunció displicente Fernando Matías Cruz (33), tras una certera puñalada al corazón en Mauricio Díaz (18), y sellar un inentendible destino de muerte, mientras dentro de su casa mantenía encerrada, con moretones, a su pareja y madre del adolescente, María Elizabeth Díaz (41).

El asesinato del joven sacudió la madrugada del Bº Reconquista, el sábado a las dos de la madrugada. Por el triste desenlace de un chico que solo intentó liberar a su progenitora, arrancándola de las garras de un sujeto proclive al robo y venta, con conocida y pasiva complicidad de su madre, Viviana Cruz, con residencia en calle Ceferino Namuncurá.

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Según consta en la investigación policial, coincidente con el testimonio de un testigo presencial que habló con EL LIBERAL, pero que pidió reserva de su identidad, el domingo 11 de agosto, María limpiaba en su casa y arribó su novio, Fernando. De acuerdo con la denuncia de la mujer, Cruz le exigió que le diese "algo" para vender. Así se ganaba la vida. Negociando "cosas" robadas.

María le dijo no y Cruz su puso más loco de lo habitual. La atacó a trompadas y ella se defendió con un palo de escoba. Él se lo arrebató y lo descargó en su cuerpo, provocándole hematomas múltiples. María salió corriendo a la calle y Cruz la llevó de vuelta dentro, a los golpes y sujetándola del cuello.

En una hora, el individuo la instaló en su casa, junto a su hija de 5 años. "Ni se te ocurra chillar porque mato a tus tres hijos", fue el lapidario ultimátum. Su novia tenía de hijos a la nena, otro de 15 y Mauricio, de 18. "Voy a trabajar en Beltrán, entre las 14 y 22", escribió en su celular María al mundo externo.

Todo era una vil mentira. Puestas adentro, Cruz especulaba con el paso de los días para atenuar los efectos de la paliza que había dado a la mujer. No estaba solo en su propósito, sino también su madre, se sabe.

El jueves 15, Cruz se habría presentado en casa de las tías de Mauricio, en el Bº La Católica. Como si nada, les dejó dos camperas para que las vendieran. Las parientes de María no tocaron la ropa. Luego, regresó el sujeto y se las llevó a fin de negociarlas en otra vivienda. Opuesto a toda lógica, las fuentes confiaron que ese jueves, Cruz habría discutido con su madre y hasta la habría agredido a golpes, aseguró anoche una fuente bien cercana de la causa. El viernes 16, Mauricio ascendió a la moto de su tía, Olga Díaz, y fueron a la casa de Cruz. Salió su madre, Viviana, y les dijo que María quedó a trabajar en una finca y solo se manejaba con un celular de una prima. Olga y Mauricio insistieron. Salió ofuscado Cruz, con cara de pocos amigos. "Venimos a llevar a mi madre o a mi hermana", instó el adolescente. Apareció la nena, de 5 años, y confirmó una verdad harto evidente: "Mi mami está adentro golpeada".

"Colado" por los techos e inclinado a las amenazas

María Díaz habría confiado a sus familiares que Cruz "siempre se colaba por un techo", anexo a su módulo habitacional en el Bº La Católica. Imposible liberarse, máxima cuando "siempre me amenazaba con matar a los chicos", acotó.

Es más, se sabe que al mudar a la fuerza a su novia a su casa, Cruz se llevó muebles y se movilizaba en la motocicleta de la mujer, bajo pena de abrir la boca y terminaría llena de hematomas, dicho con tibio decoro.

Entre ese domingo 11 y viernes 16, María obedeció en silencio la orden. Afuera, sus parientes la buscaban, a sabiendas de que jamás dejaría su casa, menos tomaría distancia a un trabajo, ya que no se regía así. Bajo ningún concepto.

Nadie tiene idea qué pasó con su celular, pero todos intuyen que fue negociado por Cruz. Quien se habría convencido en que su novia dejaría atrás a sus otros dos hijos y fingiría trabajar y mantenerse ausente entre las 14 y 22.

Desbaratar aquella mentira truncó la vida del joven, quien jamás sospechó que mientras él ofrecía palabras, Cruz le respondería con ira y un filo letal de lenta muerte, graficó un testigo presencial.

De irrumpir con dos cuchillos, atacar al adolescente, clavarle un arma en corazón y mofarse

En los primeros minutos del sábado 17, Cruz ingresó a su casa y habría retornado con dos cuchillos: miró a Mauricio y lo atacó. La víctima recibió la herida en el corazón y alcanzó a arrebatarle un arma. Sin embargo, cayó e informó a su tía: "Me ha hincao. Vamos de aquí".

Con su hermana en el medio, subieron los tres a la moto, pero cayeron al pavimento tres cuadras más adelante. En segundos, la sangre nubló sus sentidos. "Ayuda, ayuda, por favor", gritó, una y otra vez, Olga.

Un vecino se apiadó y los socorrió. Diez minutos después, una ambulancia ingresó al Hospital Regional a Mauricio, en estado desesperante. Fue intervenido quirúrgicamente, pero la muerte se precipitó rápido. En forma paralela, algunos familiares Díaz coparon la casa de Cruz, quien también terminó en el nosocomio con cortes en un brazo y un glúteo.

La muerte de Mauricio movilizó a policías y a la fiscal, Fernanda Vittar. Después, al fiscal, Diego Cortes, por el caso de violencia en perjuicio de María Díaz.

Lunes 19

Para hoy, Vittar prepara una batería de medidas. Reunión con policías; recibir el informe de autopsia y quizá enviar al Regional a un forense, a fin de interiorizarse sobre el cuadro de Cruz, con custodia, imputado por "homicidio simple", "violencia de género" y "privación ilegítima de la libertad".

Cruz tal vez sospecha que su "película" de legítima defensa luce irreal. Hay testigos que los vieron aparecer de su casa con dos cuchillos. Asestarle una mortal herida a Mauricio y mofarse de haberlo hincado, cero empatía.

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