El juez, Guillermo Paradelo asestó un mazazo legal al dueño de casa. Dijo haberse defendido de un ladrón.
Adiós a la legítima defensa: Gutiérrez tenía de 9 a 12 puñaladas en tórax y pulmones Adiós a la legítima defensa: Gutiérrez tenía de 9 a 12 puñaladas en tórax y pulmones
Rodrigo Gutiérrez, (19), presentaba entre 9 y 12 puñaladas al ser hallado muerto la madrugada del 13 de junio pasado en Frías y la Justicia fijó ayer 15 días de detención para Ramón Andrés Monjes, a quien la fiscal, Rocío Fringes, atribuye un asesinato "camuflado" de legítima defensa.
Allí básicamente se sostiene la trama judicial de un incidente, cuya solitaria versión proveyó el sobreviviente, con residencia en cercanías de Esquiú y Chaco, del Bº Sumampa.
En audiencia, la Fiscalía reveló que un vecino de apellido Leiva encontró agonizante a Gutiérrez en su garaje. A 5 metros, en la vereda, permanecía Monjes con heridas en una mano y un dedo quebrado. "Quería robar en casa", habría señalado brevemente el herido a Leiva.
Mientras Gutiérrez era conducido a la morgue, Monje se trasladó solo al Hospital local. Luego, los enfermeros y médicos alertaron a la policía, proveyéndole una pieza para el armado del rompecabezas.
Al promediar la tarde, se supo que el cuerpo presentaba puñaladas en el tórax y los pulmones, por las cuales la muerte se precipitó a los pocos minutos, siempre en base al debate presidido ayer por el juez de Control y Garantías, Guillermo Paradelo.
En esencia, la Fiscalía descree de la teoría de Monjes y más bien se inclina por un ataque desmesurado aún cuando Gutiérrez quiso escapar de la casa y, por ende, dejaba ya de representar una amenaza para Monjes y su grupo familiar.
Sin subrayarlo, la funcionaria intuye que Gutiérrez quizá ingresó a robar y su dueño lo asesinó, pero sin ataque previo.
Sangrienta parábola: de víctima a victimario
La Fiscalía recibirá testimoniales, peritará celulares y dispondrá un riguroso socioambiental. Todo ello será crucial para el mes venidero, al debatirse la preventiva, o libertad.
Al dar su versión, el imputado indicó que Gutiérrez irrumpió en su casa para robarle. Lucharon dentro y en la calle, ocasión en que Monjes le asestó casi una docena de puñaladas.
Ello hace ruido en los funcionarios, aún ante lo incipiente de la causa: pese a que el detenido afirma ser la víctima, enfrente los expertos arriesgan que Gutiérrez osó entrar a robar y el damnificado resolvió asesinarlo con un cuchillo, cuya naturaleza es un enigma.
