Crisis en el sector.
Una prepaga pidió la quiebra y afiliados no saben dónde atenderse Una prepaga pidió la quiebra y afiliados no saben dónde atenderse
Una prepaga que tiene una deuda de 200 millones de pesos que no puede afrontar. Es por eso que pidió la quiebra. Ante esta situación los afiliados se quejan y expresaron su preocupación porque la ley ahora ya no prevé dónde podrán atenderse.
La situación es dramática para los afiliados: el teléfono de la empresa ya no pertenece a un abonado en servicio, en tanto que el sitio web quedó inhabilitado. Servin Life S.A, es la pequeña empresa de servicios de medicina privada, prepaga, que operaba en la Ciudad y el Conurbano. Existen unas 600 prepagas inscriptas en la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), y la suerte que puedan correr los afiliados de las que carezcan de la solvencia económica suficiente empieza a generar preocupación.
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El DNU 70/2023 de Javier Milei estableció en diciembre pasado que en caso de quiebra de una empresa de medicina prepaga, la autoridad de aplicación no transferirá la cobertura de salud con sus afiliados a otras empresas.
Esa obligación en rigor era del Estado y caducó a partir del artículo 267 del DNU 70/2023, que derogó el inciso m) del artículo 5 de la LeyN° 26.682: ordenaba a la autoridad de aplicación "transferir en caso de quiebra, cierre o cesación de actividades de los sujetos comprendidos en el artículo 1º de la presente ley (N. de la R.: las empresas de medicina prepaga) la cobertura de salud con sus afiliados a otros prestadores inscriptos en el Registro que cuenten con similar modalidad de cobertura de salud y cuota".
Sobre la prepaga que quebró, Servin Life, se define como una empresa familiar, que en su mejor momento llegó a tener 2.800 afiliados. Nació en 2018, cuando compró parte de lo que era otra prepaga, Valmed. Su presidente es Matías Sosa y su domicilio legal, Juan Domingo Perón 725, de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde 2016 la firma ya era una prestadora de internación domiciliaria y luego sumó el nuevo rubro.
Tras más de un año de convocatoria de acreedores sin resultados positivos, envió la nota con el pedido de quiebra al juez, casi en simultáneo con los mails que empezaban a llegarles a los afiliados. "Que el juez acepte la quiebra es una formalidad. El final es inexorable", dijeron. La prepaga, admitieron sus representantes, tiene muchos pacientes adultos mayores y otros con diferentes discapacidades.