Enrique Zuleta Puceiro: "La desesperanza y desconfianza hacia el gobierno es idéntica a la que existe hacia la oposición"

El reconocido politólogo Dr. Enrique Zuleta Puceiro analizó el escenario nacional en vistas a las próximas elecciones presidenciales, que se desarrollarán en un clima de inestabilidad política y económica que arroja como resultado un electorado con pocas esperanzas en su futuro.

Le ve pocas posibilidades a la candidatura de Cristina Kirchner, aunque no la descarta, a la vez que rescató el rol de las provincias y en ese sentido resaltó que marcan la diferencia, mostrando otra cara de la realidad con un interior productivo y de grandes posibilidades.

¿Existe la posibilidad de que el FdT salga tercero?

Esa posibilidad existe. Si bien las encuestas nacionales serán un poco más claras después del ciclo electoral provincial de este mes de mayo, hasta abril, JxC retenía un 27% aproximadamente de los votos. El FdT un 23%. Un descenso apreciable del electorado con que contaban desde los tiempos de mayor polarización hasta el final del año pasado. Entre los múltiples factores del descenso de JxC está sin duda la afirmación de MiIei y los libertarios, que llegaba a un 18%. La proyección de un 20% de electorado oscilante permite prever un triple empate, que puede resolverse de cualquier manera. Todo depende del grado de cohesión de las coaliciones mayores. La que se divida, quedara tercera. Hablo de división de los electorados y no de los dirigentes, por supuesto. Hasta este momento, la mayor división es la del voto no peronista, dividido a la fecha prácticamente por mitades. La emergencia de la candidatura de Schiaretti y algunos exgobernadores peronistas apunta sin duda a erosionar el voto del oficialismo. Habrá que ver sin embargo si esta candidatura prospera hasta después de las elecciones de Córdoba a finales de junio, sin duda el factor que explica la súbita candidatura de Schiaretti. Si el oficialismo no consolida su unidad y no conserva su capacidad para mantener unidad también a su base electoral, saldrá tercero.

¿Y a quién favorecería?

Lo cual favorecerá sin duda a quien salga segundo, tal como ocurrió en todas las segundas vueltas en las elecciones de América Latina. El electorado defraudado del tercer partido oscila, en buena medida, contra el que lo venció y, eso refuerza las posibilidades de la fuerza que quedo súbitamente segunda. Un escenario que no puede descartarse. Tampoco es hoy por hoy evidente. Gobierno y oposición soportan la emergencia de terceras fuerzas, pero conservan su capacidad para ocupar el centro de las preferencias electorales

¿Si se presenta Cristina, puede ganar?

Cristina Kirchner es la única candidata en condiciones de cancelar toda discusión interna. No existe ninguna figura en el peronismo que pueda negarle el protagonismo y el monopolio de las decisiones. Es más, será decisiva en la nominación de cualquier candidato alternativo. Sin embargo, está clara su visión del papel que le corresponde. Ser candidata parecería algo muy lejos de su decisión. En 2019, aceptó ser candidata, a través de una formula muy creativa, que le permitió articular un frente que logró congregar a los principales referentes del peronismo, incluso dos opositores acérrimos como eran Fernández y Massa. Revirtió el aislamiento del peronismo y derrotó con amplitud al gobierno. Luego de las Paso, la polarización anti peronista permitió a Macri mejorar su elección, aunque no evitar la derrota y la reinstauración del peronismo. Nada indica que esta vez no pueda ocurrir algo parecido. Las diferencias entre JxC y el FdT se han minimizado. En abril han llegado a ser de solo cuatro puntos. Ha incidido tanto el avance de una tercera opción como Milei, que alcanza alrededor de 19% y el deterioro del electorado propio de JxC que no acierta a entender la división de sus principales referentes.

¿Entonces…?

Cristina Kirchner es presionada por todos los sectores para ser candidata. Sin embargo, la situación objetiva es que si bien es la mejor candidata, sus niveles de rechazo son terminantes. Al igual que Mauricio Macri sufre un rechazo superior al 70% del electorado. Siendo la candidata potencialmente más votada del oficialismo, su presencia al frente de la oferta presidencial arrastraría a todo el voto independiente y a sectores muy significativos a votar en contra. Un riesgo demasiado evidente como para cualquier experimento electoral. Cristina candidata dividiría al voto peronista y esa división acarrearía una casi segura derrota electoral. Cabe considerar todavía la posibilidad de que las divisiones del voto no peronista y la persistencia del triple empate de las encuestas nacionales de abril convenza a algunos estrategas a afrontar este riesgo. Como todos los temas, es una cuestión abierta en el horizonte de incertidumbre en que se mueve el país electoral de cara a las próximas elecciones.

¿La desesperanza de la gente por la crisis y una dirigencia alejada de sus problemas óomo se reflejará en la elección?

Se está reflejando de muy diversas maneras. La principal es con una abierta desesperanza y hasta indignación hacia la política y sus propuestas. El rechazo de toda figura destacada, en cualquier nivel de que se trate, es mayor del 50%. Si bien no existe un "que se vayan todos" como en el 2001, se trata de apoyos resignados y por descarte. La expresión seria "Hacete cargo vos y no me comprometas: ya una vez te creí y ya no volveré a creerte". No se trata de una actitud que deba analizarse exclusivamente a la luz de la circunstancia y las experiencias argentinas. Es algo que puede considerarse un rasgo común a la cultura política de las democracias en todo el mundo. La desesperanza y desconfianza hacia el gobierno es idéntica a la que existe hacia la oposición. La explicación de fenómenos como el de Milei es similar a la que cabe formular en muchos casos similares. Petro en Colombia, Boric en Chile, Castillo en Perú, Bolsonaro en Brasil, López Obrador en México, Lasso en Ecuador, Bukele en El Salvador y tantos otros, son expresiones de un mismo fenómeno. Es una reacción en muchos sentidos parecida a la que encumbró a finales de los 80 a Carlos Menem, quien emergió súbitamente bajo la consigna "Vengo a destrozar a los aparatos partidarios". Más allá por supuesto de la gran diferencia de situaciones y de personajes.

¿Cómo ve a las provincias?

Las provincias son el ancla que ha evitado una crisis política de envergadura en el país, gracias a que han construido un proceso de estabilización económica y política.

Tenemos 24 provincias que funcionan, tienen proyectos, generan trabajo, mantienen la paz social, no tienen déficits en sus cuentas públicas, mantienen una representación política sólida.

Son el ancla y a su vez generan el optimismo de un futuro mejor, a pesar de la crisis del gobierno nacional. El litio, el petróleo, el gas, las economías regionales son proyectos que funcionan en las provincias, que se ven afectados por la crisis económica, pero que demuestran un camino a futuro esperanzador.

De ahí que hay 16 gobernadores que han decidido separar las elecciones provinciales de las nacionales, donde los resultados pueden ser muy diferentes al de la elección presidencial.

En ese marco se destaca Santiago del Estero, que ha consolidado un proceso de desarrollo de infraestructura muy importante, a lo que se le suma la modernización del funcionamiento Estado, con resultados a la vista de todos.

Ahora las provincias deben transitar hacia las reformas de tercera generación, que implican abrir más lo canales de diálogo y participación de la gente, alentando las alternativas que generen mayor participación social y la consulta. Es fundamental que los cambios a realizar en el futuro estén orientados a las demandas de la sociedad y no exclusivamente de las ofertas de la política.

¿Las Paso serán una gran encuesta o en las generales los resultados pueden variar significativamente?

Mas que una encuesta anticipatoria, las Paso son un instrumento de polarización de las elecciones. Fueron inventadas después de las elecciones del 2009 por radicales santafesinos (Barleta, presidente de la UCR) y asesores kirchneristas (Abal Medina, jefe de Gabinete). Respondieron a la estrategia de abrir las campañas a múltiples candidatos, para cerrarlas después drásticamente para los candidatos obvios. Es decir, los que respondían a las maquinarias centrales de los partidos. Hasta se prometía, en la Expresión de Motivos de la ley, combatir el aventurerismo político y garantizar la gobernabilidad de los partidos, amenazados ya en aquel tiempo por la incipiente despolarización política y sus efectos sobre los partidos. Este año, se ha vuelto a demostrar la verdadera índole de ese sistema. Promovió una campaña permanente de dos años, con múltiples candidatos, sin ideas ni propuestas. Dividió a los partidos hasta hacerlos prácticamente irreconocibles. La sostuvieron in extremis tanto el PRO como el presidente Fernández y un puñado íntimo de candidatos sin fuerza propia, aunque interesados en protagonizar el escenario de la campaña permanente. Sobre el final, asistimos a rápida desarticulación de ese escenario. No hay día en que alguien no renuncie a su candidatura. Desde las grandes figuras como CFK, Macri o Fernández, hasta modestos candidatos que fueron emergiendo en función del premio y el financiamiento que otorgaban las Paso. Terminarán compitiendo figuras con más de 30 años en la política, elegidos a dedo por las cúpulas de los aparatos. Es de esperar que con algunas indispensables reformas de los códigos electorales y del financiamiento de la política quede definitivamente atrás esta experiencia de ingeniería política que tanto ha perjudicado la calidad política de la democracia en nuestro país. Es lo menos que podemos hacer después de 40 años de transición democrática, al cabo de los cuales, con todas sus dificultades y problemas, el sistema funciona.