El escándalo del residencial pasa por la óptica de los psicólogos

La Justicia escuchará al adolescente de 16 años, en Cámara Gesell, protagonista de un escándalo la noche del viernes pasado al pedir auxilio y denunciar que había sido secuestrado por "dos trans" desde un residencial, cuyas instalaciones luego fueron destrozadas por familiares y amigos.

Los fiscales Victoria Sottini y ángel Belluomini timonean dos procesos distintos: el del menor envuelto en presunto ataque sexual endilgado a una mujer trans (que aún no pudo ser ubicada); y el de los destrozos y robos por casi $ 1.000.000 producidos en el residencial Rivadavia, ubicado en calles Rivadavia y Sagrado Corazón de Jesús.

Según la denuncia del adolescente y los suyos, dos travestis lo secuestraron, lo drogaron y lo ingresaron al residencial, sin que nadie atinara a requerir DNI, menos preguntar por qué tres personas ingresan a una misma habitación. En ese punto, Sottini tendría un conjunto de interrogantes, próximos a ser canalizados a través del jovencito y develados la semana venidera, ante los psicólogos de la Fiscalía.

Sin perder la perspectiva, trascendió que la fiscal habría encomendado un riguroso socioambiental en el barrio, para establecer cómo operaba el residencial hasta la noche del terror y los destrozos.

Hasta ahora, solo se sabe que funcionaba con 21 habitaciones y que "el turno" no iba más allá de los $ 1.000. Todo voló por los aires el viernes a la noche. La familia del adolescente tomó por asalto el edificio, en doble turno, y le habría causado graves destrozos. La búsqueda de la verdad es impulsada por Sottini y Belluomini. Y ya declararon numerosos testigos.