Histórico: China autoriza tener tres hijos por familia Histórico: China autoriza tener tres hijos por familia
China autorizará hasta tres hijos por familia, suprimiendo el límite de dos, con la esperanza de reactivar la tasa de natalidad y contrarrestar el envejecimiento de su población, la más numerosa del mundo, con 1.400 millones de habitantes.
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Tres semanas después de los resultados de su último censo, que reveló una fuerte desaceleración del crecimiento de su población, China se decidió a liberalizar su política familiar, pero manteniendo un límite de no más de tres hijos por pareja.
La reforma introducida en el 2016 no ha dado los resultados deseados y la natalidad no se activa. El año pasado se registraron solo 12 millones de nacimientos, el nivel más bajo desde finales de la década de los 50. La tasa de fertilidad se sitúa en 1,3 hijos por mujer, lejos de la deseada ratio de 2,1, necesaria para conseguir estabilizar la población. Es uno de los índices más bajos del planeta y similar a países con poblaciones envejecidas como Japón.
Pekín es consciente de que si la reforma no va acompañada de ayudas será difícil incentivar la natalidad. El alto coste que representa para las familias criar un hijo se ha convertido en el mejor aliado de la antigua política del hijo único. El desarrollo ha llevado a que, al igual que en Occidente, las familias valoren el dinero que necesitan dedicar para hacer frente a la educación de un hijo antes de decidir si se lo pueden permitir. Además, las mujeres también apuestan por mantener su carrera profesional.
La decisión de ampliar los límites del número de hijos permitidos pone definitivamente el fin a la política del hijo único adoptada a finales de la década de los 70 y con excepciones para las zonas rurales. Entonces la población rozaba los mil millones y se había duplicado en 30 años. El crecimiento demográfico era una bomba de relojería que impedía el desarrollo del país.
La política de permitir un solo hijo fue muy dura para una sociedad acostumbrada a familias extensas y donde el culto a los antepasados era muy importante. Los abortos forzados, incluso en meses muy avanzados del embarazado, y la persecución de las familias que se saltaban la ley provocaron mucho sufrimiento. Otro de los efectos fue el desequilibrio de la población. La preferencia tradicional del varón sobre la mujer motivó abortos selectivos y el infanticidio de niñas.
