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“Comenzó con pedir abrazos y se puso peor”, el testimonio de una joven abusada por un cura

18/03/2021 22:40 Santiago
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“Comenzó con pedir abrazos y se puso peor”, el testimonio de una joven abusada por un cura “Comenzó con pedir abrazos y se puso peor”, el testimonio de una joven abusada por un cura

Sumamente acongojada, Florencia Gómez, recordó públicamente esta noche que el ahora ex cura Carlos Dorado abusó de Florencia Gómez en el año 2009, cuando ella tenía 15 años, y cuando cursaba en su colegio, el Instituto Secundario “Monseñor José Weimann” de la ciudad de Bandera

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Relató para las cámaras de Noticiero 7 que el entonces seminarista, era profesor de antropología cultural. “En el 2009 comenzaron los abusos, me decía que tenía carisma de futura religiosa y me decía que vaya a hacer dirección espiritual con él”, relató Florencia. 

Dijo que “sólo nos podíamos confesar con él y llegó a punto que sabía todo de nosotros. Me citaba y en lugar de hablar de dirección espiritual o de cuestiones personales mías hablaba de el, de los problemas que tenía en su familia y se ponía a llorar y en ese contexto comenzó a pedir abrazos y se fue haciendo progresivo y se puso peor”. 

La joven sostuvo que “después de cada abuso, que duró todo el 2009, el decía que me tenía que confesar que yo también era culpable de lo que estaba pasando. Había otro sacerdote pero el no quería que me confiese con el otro porque se iba a enterar. Me pedía que me vaya a confesar a otro lado, yo era chica tenía 16 años y no salía del pueblo sin la compañía de mi mamá”. 

Florencia contó que en 2012 y 2013 se enteró que a algunas de sus compañeras también las había abusado y dijo que lo denunciaron con el entonces obispo de Añatuya, Adolfo Uriona. La investigación del obispado se extendió por un año y medio, lapso durante el cual, Carlos Dorado le enviaba mensajes pidiéndole que no revelara la verdad. 

“Luego nos dijeron que él era culpable y que estaba arrepentido y como Dios en misericordioso lo perdonaron. Lo trasladaron de un lugar a otro y le dieron una penitencia que era no volver a Bandera, no confesar a niños y adolescentes, no podía estar en contactos con ellos, ni ser párroco ni estar en una comunidad por 10 años”, señaló Florencia. 

“Ahora nos damos con que él siguió yendo a Bandera a visitar amigos, por publicaciones en Facebook, que estaba en contacto con niños y adolescentes en campamentos y él ahora está en una comunidad solo en Santos Lugares”. 

“Estoy segura que no es un caso aislado, si la iglesia no toma medidas va a seguir pasando”, afirmó la víctima.

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