El nuevo Monumental: qué le hicieron y qué es lo que falta

Esta noche, River estrenará ante Rosario Central su flamante campo de juego, producto de obras que le tomaron más de cinco meses y 200 millones de pesos. Aún sin público, ante la remodelación que se realizó en el Monumental, la incógnita surgió por peso propio: ¿Y cuándo van a cambiar las butacas? Esa respuesta la dio Mariano Taratuty, presidente de Obras e Infraestructura del club.

"Primero se construirá en donde ahora hay lonas. Una vez que eso esté, se impermeabilizará, pintará y se pondrán las butacas nuevas. Y con el mismo proceso, se irá subiendo: no vale la pena pintar ahora el resto de la cancha porque antes hay que impermeabilizar, sería gastar sin sentido", explicó Taratuty. Las nuevas plateas, que tras bajar el campo de juego 1,80 metros, tendrán lugar para ser construidas, ampliarán la capacidad a 80.000 personas.

Los trabajos en el Antonio Vespucio Liberti llevaron a que se hiciera más notorio, por el contraste con el césped de nivel europeo, el deterioro de las viejas butacas de madera, muchas de ellas rotas y casi todas despintadas. Por eso, desde Núñez ya trabajan para presupuestar este nuevo paso en la remodelación del Monumental. Como explicó Taratuty, la renovación deberá ser progresiva y, por suerte, no le quitarán a River la localía, ya que se podría hacer por sectores e interrumpir los días de partido.

Gallardo, el hombre detrás del nuevo césped del Monumental

Ya lo había aclarado Rodolfo D''''Onofrio en la presentación de los refuerzos: en materia futbolística, en River nada se hace sin el aval de Marcelo Gallardo. Y así también lo explicó el presidente de Obras e Infraestructura, que explicó: "él ya nos venía diciendo que la cancha no estaba bien, pero nosotros le respondíamos que estaba de la mejor manera que puede estar un campo de juego en terapia intensiva con respirador. Le hicimos todo lo que pudimos, pero ése era el límite".

La pandemia de coronavirus y su consecuente cuarentena, más los entrenamientos en el predio de Ezeiza mantuvieron al Muñeco alejado de las refacciones, pero siempre estuvo pendiente del progreso. "Cuando vimos que la pandemia venía para rato, le dimos para adelante. Me reuní tres horas con él, le mostré el proyecto y él se interiorizó mucho. Después, no vino mucho a recorrer las obras, yo lo informaba virtualmente. Entendió muy bien de qué se trataba la obra", explicó Taratuty.