Luis “Luchyn” López, el santiagueño que brilló en el Circo du Soleil Luis “Luchyn” López, el santiagueño que brilló en el Circo du Soleil
El bailarín santiagueño, Luis “Luchyn” López, vive desde hace treinta y cinco años en Montreal (Canadá), ciudad donde sentó sus reales y despliega una intensa actividad docente, de formación en las danzas folclóricas y tango.
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López llegó a Canadá en la década del 80 junto a Juan Saavedra para trabajar juntos en el prestigioso Circo du Soleil. Ese fue el puntapié inicial para desarrollar un largo periplo artístico por el mundo, arrancando en París y expandiéndose por gran parte de Europa, América del Norte y América Latina.
“Luchyn”, quien está en Santiago visitando a su madre Blanca López y demás familiares, habló con EL LIBERAL acerca de ese mundo de sensaciones que vivió y vive lejos de su Santiago natal.
¿Cuándo te fuiste de Santiago del Estero?
En 1985 fue mi viaje al exterior, a París, por una invitación de Juan Saavedra y Elissabeta La Commare, que era su compañera en aquel tiempo, para hacer allí un trabajo y que para sorpresa mía, para buena sorpresa mía, fue trabajar en el Circo du Soleil, donde Juan había estado en 1984 y había realizado una gran gira. En París estuvimos dos semanas y de ahí partimos hacia Canadá. En Canadá estuvimos siete meses trabajando con el Circo du Soleil.
¿Qué fue lo que determinó que te quedaras en Canadá?
El contrato que teníamos con el Circo du Soleil era también actuaciones en Canadá. Todo eso ha determinado que fuéramos a ese país, donde hemos estado trabajando con el circo durante 1985. Luego regresamos a París y Juan ya estaba con la idea de volver a Santiago, pero yo no tanto porque quería aprovechar para viajar y trabajar. Así fue como volví a Canadá donde tenía amigos y conocidos. Llegué allá y me instalé desde 1986.
¿Hace cuántos años que estás radicado en Canadá?
Hace 35 años que estoy radicado en Canadá. Ahí comencé a trabajar y formé mi compañía de baile en la ciudad de Montreal, donde vivo. Ahí me quedé y sigo ahí. Canadá es un país donde existe una alta calidad de vida, consideración. Todo eso hizo que siempre me sintiera bien aquí. También he sido convocado por varias escuelas de danzas, en Europa y en América del Norte para dar clases.
¿En qué estás trabajando en Canadá?
Trabajo permanente durante el año en la escuela Studio Tango en Montreal, en la cual trabajo como instructor y coreógrafo de tango y folklore argentino. También estoy trabajando mucho en la producción de espectáculos con gente amiga que siempre me llama para hacer direcciones artísticas, puestas en escena y montar espectáculos y enseñar. Estoy muy agradecido por todo. Además, sigo bailando, pero no al ritmo de antes.
¿En Montreal encontraste tu lugar en el mundo donde hiciste realidad tus sueños?
Es aquí donde decidí hacer mi vida. Cómo no estar satisfecho y feliz de poder vivir de mi profesión, y haber visitado más de 70 países, conocer gente, haber bailado en lugares míticos, y tener amigos alrededor del mundo. Y sí, puedo decir que desde hace ya muchos años mis sueños se realizaron. Y mi escuela de danzas sigue creciendo. Y sigo...
¿Te costó adaptarte a los cambios?
Vos sabes que no. A mí no me costó mucho adaptarme a los cambios. No puedo decir que me costó mucho adaptarme a la forma de vivir de la gente de Canadá. Yo siempre digo que cuando uno llega a un lugar hay que aprender a vivir con la gente del lugar. Me parece desubicado llegar a otro lugar y querer seguir viviendo como aquí (en su caso, Santiago) y encasillarse en un casillero. Hay que adaptarse al lugar donde uno vive.
¿Tienes la ciudadanía canadiense o visa de trabajo?
Soy canadiense desde hace más de treinta años. Para el trabajo que yo hago es mucho más fácil viajar con un pasaporte canadiense que con un pasaporte argentino.
Eternamente agradecido a
Carlos y Adela Saavedra
Eternamente agradecido a Carlos y Adela Saavedra
¿Qué actividades desarrollabas en Santiago del Estero?
Bailarín. Tocaba el bombo acompañándolo al “Jarillero” (Carlos Miguel Fuentes, cantante santiagueño). Precisamente, con “El Jarillero” fuimos a tocar en un festival del sur santiagueño y fue allí donde lo vi bailar por primera vez a Carlos y Adela Saavedra. Desde entonces, establecí vínculos con ellos, que en forma gratuita, me enseñaron a bailar. La Adela es una mujer que admiro muchísimo y viviré agradecido a don Carlos y a doña Adela por todo lo que me han formado. Don Carlos me enseñaba a caminar, a comportarme, a vestirme, me aconsejaba mucho. Doña Adela me cuidaba un montón. Jamás en mi vida probé una gota de alcohol cuando andaba con ellos. Me cuidaban muchísimo. Fue hermoso cuando anduve con ellos. Fue algo maravilloso haber estado con la Agrupación Santiago del Estero, que tenían Carlos y Adela Saavedra, como también fue maravilloso trabajar con los dos Carlos: Carlos Saavedra y Carlos Carabajal.
¿Dónde estudiaste?
La escuela primaria la hice en la Escuela Sarmiento. A la secundaria lo hice entre las escuelas de Comercio y otros establecimientos. Dejé la escuela secundaria muy tempranamente y me puse a trabajar. Hice de todo, desde recoger mandarinas hasta cavar pozos para las cloacas. Todo eso para poder permitirme seguir bailando. Yo soy una persona que lee mucho, un apasionado de la historia. Es ahí donde aprendo todo. Leo entre seis y siete diarios por días porque me encanta estar informado.
¿Cómo está conformada tu familia?
En Canadá vivo con mi mujer actual con la cual tengo dos hijos: Théo (15) y Emilio (8). Tengo un hijo, que en dos semanas va a cumplir 30 años, Satha, que es de mi primer matrimonio. Viven en Canadá y los tres han venido ahora a Santiago. El resto de mi familia lo tengo en Santiago. Tengo una hermosa y gran familia. Mi madre se llama Blanca López y mi hermana se llama Gabriela.
¿Cómo enfrentaste el desarraigo?
Es jodido, pero uno debe concentrarse en lo que está haciendo a nivel de trabajo. Yo creo que la peor forma de enfrentar el desarraigo es, como te decía en un principio de la entrevista, quedarse en el tiempo. Uno se tiene que concentrar en lo que está haciendo, en lo que tiene que hacer. Hay que vivir plenamente lo que uno está haciendo. También es muy importante seguir aprendiendo no sólo en tu profesión sino otras cosas. Soy partidario de que uno debe aprender de las otras culturas.
¿Cómo sobrellevas el coronavirus?
Me atemorizó mucho estando en Montreal. Mi última clase la di el 12 de marzo de 2020. Ese día tenía mucho miedo de dar la clase. No me quería acercar mucho a los alumnos. Ya sentía miedo. Desde el 20 de marzo se cerró todo. Cerramos la escuela. En Montreal pegó fuertísimo. En el mes de abril, en Montreal había más de doscientos muertos por día. Yo me cuido mucho, siempre me cuidé mucho. No tuve contacto con nadie.