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Horno de carbón encendido “devoró” a un niño de seis años y lo redujo a cenizas en escasos minutos

La fatalidad de Thiago desembocó en una investigación Intervienen policías locales y de la División Criminalística Las altas temperaturas complicaban ayer las tareas de los expertos

La fatalidad de Thiago desembocó en una investigación. Intervienen policías locales y de la División Criminalística. Las altas temperaturas complicaban ayer las tareas de los expertos.

15/04/2020 22:36 Policiales
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Horno de carbón encendido “devoró” a un niño de seis años y lo redujo a cenizas en escasos minutos Horno de carbón encendido “devoró” a un niño de seis años y lo redujo a cenizas en escasos minutos

Un niño de seis años falleció trágicamente ayer a las diez de la mañana, al treparse al techo de un horno de carbón vegetal y precipitarse desde un respiradero hacia adentro. En escasos minutos las llamas redujeron su cuerpo a cenizas.

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El infierno tuvo lugar en una decena de hornos ubicados a 7 kilómetros de Las Delicias, Pellegrini, a casi 90 kilómetros de la ciudad capital.

La víctima resultó Thiago Orellana, hijo de Daniel Orellana, uno de los “carboneros” que se ganaba la vida elaborando el producto al parecer para un empresario que reside en Bahía Blanca, Buenos Aires.

Posible travesura

Según testigos presenciales, Daniel arribó a los hornos antes de las diez. Aunque no hay precisiones, una de las versiones sostiene que el adulto se puso a trabajar controlando la temperatura y otras tareas de los hornos.

En ese instante, Thiago habría ascendido a la parte superior del horno, denominado “pico”, cuya función suele ser la de regular la temperatura, con mínimas y máximas de 400° y 700°, explicaron los trabajadores.

En segundos, Thiago cayó hacia el interior del horno ya que habría cedido el sector del “pico”, devorándoselo, causando desesperación, gritos e impotencia en su padre y otros trabajadores.

Indescriptible

“¡Hijo mío! ¡Por Dios, ayúdenme!”, imploró gritando su padre, paralizado frente al gigante de ladrillos que por sus dos “bocas” (puertas) únicamente parecía vomitar llamas de fuego.

Urgente, muchos vecinos arribaron a los hornos para colaborar. En diez minutos, partieron bomberos de las zonas vecinas. También un camión cisterna desde la comisión municipal de El Bobadal, Jiménez, que recorrió 45 kilómetros de ripio hasta arribar a la escena del horror.

El chofer Facundo Galván y Federico Sierra llevaron un camión lleno de agua y después hicieron tres viajes más de los parajes vecinos, en el desesperado propósito de atenuar las elevadas temperaturas y aspirar a rescatar el cadáver de Thiago.

Cadena de favor

Pasándose baldes y tarros, los hombres comenzaron a inundar de agua el horno para enfriarlo, ante la lucha harto desigual.

Dentro y fuera, el efecto del fuego condicionaba todo: los baqueanos no podían siquiera acercarse, por las temperaturas y el insoportable monóxido de carbono, trascendió.

Para entonces, los policías del destacamento de Las Delicidas también luchaban a brazo partido, empecinados en que el horno literalmente les “devolviese” el cuerpo de Thiago.

Mientras el sol de a poco iba despidiéndose del horizonte, el padre era la tétrica estampa de un muerto en vida: quebrado, enmudecido, contemplando a la mole de ladrillo que aprisionaba definitivamente a Thiago.

El fuego puede apagarse hasta 10 días después

Trabajar con carbón vegetal contiene diversos secretos. Comienza con el llenado de leña, estimado en 45 metros en un horno de término medio.

Los obreros deben colocar la leña en una “ceremonia” denominada el “trancado de las troneras”.

La leña es ubicada estratégicamente, sin descuidar los respiraderos del horno.

Luego, se enciende el fuego y el proceso de horneado puede llevar entre 7 y 10 días, período que la madera se convierte en carbón vegetal.

En su transcurso, los baqueanos suelen cubrir totalmente los “picos” (o puertas) para que la combustión haga su proceso, alcanzando temperaturas entre 400° y 700°, deslizaron los expertos.

Recién cuando el carbón pasa del tono rojo al negro, enfriamiento mediante, los peones se internan para extraerlo. Luego, hay que verificar que el fuego no se encienda de nuevo, porque no es nada extraordinario y ello es sinónimo de incendios seguros en tierra o camiones.

Ordenan pericias y suspenden los trabajos

El fiscal Ramón Alfonzo ordenó a la policía una exhaustiva investigación.

Por un lado, los policías locales debían tomar testimoniales a todas las personas que presenciaron el accidente.

Asimismo, el funcionario dispuso que los expertos de la División Criminalística realicen pericias dentro y fuera del horno, con lo cual las tareas recién hoy se concretarían, siempre y cuando ceda la elevada temperatura.

Enmudecidos

Por otra parte, los testigos deslizaron anoche que todas las actividades fueron suspendidas. La medida se inspiraría en dos motivos: porque lo dispuso la Fiscalía y por respeto al luto de la familia del menor, según lo resolvieron los responsables en la explotación del horno vegetal, adelantaron los voceros cercanos al proceso.


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