ENTREVISTA

Luis “Luchi” Ybáñez, periodista santiagueño cubre la guerra entre Ucrania y Rusia: “Ver a las mujeres y niños escapando impacta”

“Queremos darle a nuestro público una idea de la guerra con ojos propios, porque nosotros nos transformarnos en los ojos de nuestra gente”, expresó en diálogo telefónico con EL LIBERAL. Su mayor anhelo: la paz.

“Ser periodista es ser testigo privilegiado de los hechos que hacen historia; intermediario para dar voz a los que no la tienen, así como ser los ojos y oídos de un país”, reza una de las definiciones sobre esta profesión. Sería la más adecuada para describir la experiencia que está viviendo hoy el periodista añatuyense, Luis “Luchi” Ybañez, quien junto al camarógrafo Mauro Terenzio, se encuentran cubriendo en el lugar de los hechos, la guerra entre Ucrania y Rusia.

“Queremos darle a nuestro público una idea de la guerra con ojos propios, porque nosotros nos transformarnos en los ojos de nuestra gente”, expresó Luchi en diálogo telefónico con EL LIBERAL desde la frontera entre Polonia y Ucrania, a punto de ingresar a territorio ucraniano. El añatuyense, primo del intendente de Añatuya, Héctor Ibañez, se aprestaba a “perforar” la frontera “blindada” de Ucrania, que restringió el ingreso de extranjeros por el temor de que sean infiltrados del gobierno ruso.

Desde Polonia, relató en primera persona, uno los dramas que genera la guerra, los refugiados que llegaron a Polonia escapando a la muerte y la destrucción. Eso lo impactó; es por eso que más allá de la expectativa de su trabajo profesional, su mayor anhelo es la “paz”, que haya un entendimiento entre Ucrania y el régimen de Vladimir Putin.

Travesía

“Se trata de un acontecimiento mundial, histórico, único, y ante ese evento, uno como periodista advierte la posibilidad de cubrirlo. Sabemos que no es fácil por la cuestión logística, económica y el impacto que puede tener para el propio canal. Pero desde la empresa Canal 12 (de Córdoba) determinaron que valía la pena ante la sugerencia de Mauro Terenzio y mía, de poder hacer algo. A partir de eso, el canal nos escuchó y comenzó a analizar la posibilidad de viajar, porque los costos son altos. Una vez tomada una dimensión de qué estábamos hablando, porque en una guerra los costos no son exactos, se tomó la decisión trascendental de que viajemos”, contó el comunicador, sobre cómo surgió la oportunidad de hacer esta histórica cobertura.

“La ruta de los refugiados”

“En este momento nosotros estamos en este momento en Medyka, Polonia, en la frontera entre Polonia y Ucrania, intentando cruzar hacia Ucrania. Hemos hecho un viaje en el cual llegamos por Varsovia, luego pasamos por Radom, una ciudad muy grande, hasta llegar a la frontera. Desde el momento que llegamos a Varsovia, empezamos a hacer lo que denominamos “la ruta de los refugiados”  y fuimos recorriendo, ciudades por ciudades, viendo cómo iban llegando a las ciudades, hasta que llegamos a la frontera”, contó acerca del trabajo desarrollado con su equipo hasta el momento.

Ybañez narró que “a lo largo del camino, vimos escenas durísimas. A medida que nos acercamos a la frontera, eso se va intensificando, porque el drama aparece más grande. Hay gente cantidad de ucranianos escapándose de la guerra, fundamentalmente mujeres y niños, porque los hombres quedan a pelear. Ver a las mujeres y niños que escapan, impacta”.

Como contraposición al horror de la guerra del cual están escapando, los refugiados ucranianos reciben la contención y solidaridad del pueblo polaco, rescató el periodista añatuyense.

“El pueblo polaco los está recibiendo con mucha solidaridad: apenas cruzan la frontera les dan de comer, un abrigo, un lugar donde quedarse. Hay mucha gente que ya viene  con alguna referencia dónde ir, algún familiar, conocido o simplemente alguien que ofrece su casa y ahí aparece la odisea del refugiado. Se habla de dos millones de refugiados y un millón ya está aquí en Polonia”, señaló.

A nivel personal, Ybañez confesó que “lo que más nos marca es ver a los niños llegando, con su inocencia, y que cuando los esperan con un oso de peluche se les ilumina la carita. Seguramente están alejados del drama la guerra, sin saber bien qué está pasando, por qué están llegando, por qué están abandonando su tierra. Seguramente con los años se darán cuenta de lo que han vivido, pero ahora lo viven con cierta inocencia y también golpea, porque en medio del drama son los únicos que ríen, y eso es fuerte”.

“Lo que veo es un drama de la gente que está escapando, y que esa gente sabe y piensa, que el conflicto va para largo”, describió sobre la sensación del pueblo ucraniano.

Pedido por la paz

Ante esta posibilidad laboral única, Ybañez confesó: “Nosotros, si me preguntas qué queremos, más allá de hacer una cobertura que pueda informar, que pueda educar, darle a nuestro público una idea de la guerra con ojos propios, porque nosotros nos transformarnos en los ojos de nuestra gente, lo que queremos es paz, que todos los días decimos es que estos tipos se pongan de acuerdo y firmen y esta gente deje de sufrir. Eso es lo que uno quiere, que se termine el drama, el éxodo de personas que se da en una guerra donde todas las partes tienen sus intereses, fundamentalmente económicos. Los intereses son cruzados y por eso se arman las guerras: uno dice que el otro no tiene la razón y viceversa, sino no habría guerra, hay dos posturas antagónicas, no diría dos verdades porque algunas son más verdades que otras, pero al existir puntos de vista antagónicos, intereses que se enfrentan, económicos, políticos y de otra índole como geográficos, hacen que las disputas empiecen y terminen en esta situación”.

“Ojalá que cuando tengamos que volver a Córdoba, pueda haber otra expectativa, porque ahora es todo malo. Seguiremos trabajando, nos queda muchos días para hacerlo y el drama está presente, lo vemos y lo transmitimos”, concluyó.

Ante esta posibilidad laboral única, Ybañez confesó: “Nosotros, si me preguntas qué queremos, más allá de hacer una cobertura que pueda informar, que pueda educar, darle a nuestro público una idea de la guerra con ojos propios, porque nosotros nos transformarnos en los ojos de nuestra gente, lo que queremos es paz, que todos los días decimos es que estos tipos se pongan de acuerdo y firmen y esta gente deje de sufrir. Eso es lo que uno quiere, que se termine el drama, el éxodo de personas que se da en una guerra donde todas las partes tienen sus intereses, fundamentalmente económicos. Los intereses son cruzados y por eso se arman las guerras: uno dice que el otro no tiene la razón y viceversa, sino no habría guerra, hay dos posturas antagónicas, no diría dos verdades porque algunas son más verdades que otras, pero al existir puntos de vista antagónicos, intereses que se enfrentan, económicos, políticos y de otra índole como geográficos, hacen que las disputas empiecen y terminen en esta situación”.

“Ojalá que cuando tengamos que volver a Córdoba, pueda haber otra expectativa, porque ahora es todo malo. Seguiremos trabajando, nos queda muchos días para hacerlo y el drama está presente, lo vemos y lo transmitimos”, concluyó.

“Esto es muy peligroso por lo que el equipo se transforma en una sola persona con muchos sentidos”

Luchy contó cómo es el día a día de una corresponsalía de guerra, los peligros y trabas que surgen para poder desarrollar su trabajo como controles y los distintos idiomas para poder comunicarse.

“Trabajamos cuidando la vida del equipo: no hay nota en el mundo que exija que vos vayas a entregar tu vida. Entonces lo hacemos con mucho cuidado, tratando de que el equipo esté resguardado, las personas. Nosotros estamos con una traductora polaca que nos acompaña a todas partes, porque el idioma polaco es muy difícil, no se entiende. El inglés es más familiar, pero hay que saber hablar polaco y el ucraniano es muy diferente al polaco. Aquí todos los países, Ucrania, Polonia, Rusia, cada uno tiene su idioma. Si bien son muy similares para nosotros, para ellos no; una persona que habla polaco y otra ucraniano, no se entiende nada y eso termina siendo una traba”, señaló el periodista añatuyense.

Sobre los riesgos que se enfrentan, dijo que “son los de nuestra profesión. Nosotros, cuando vamos a una manifestación, a una inundación, a un incendio, a un terremoto, tenemos también riesgos. Lo que pasa que aquí lo que vemos es que el propio hombre genera ese terror. Evidentemente aquí hablamos de bombas: entonces, uno siempre tiene que estar informado delo que está ocurriendo, estar con los ojos bien abiertos. Saber con quién te relacionas, porque es un lugar diferente que no conoces, el idioma, no sabes la idiosincrasia de la gente. Entonces todo eso hace que una tenga que tener los cuatro ojos, cuatro oídos, porque el equipo se transforma en una sola persona con muchos sentidos”, explicó.

“A partir de eso, se va trabajando a diario, y haciendo un paso a paso. Si bien podes hacer una proyección a largo plazo, el paso a paso es muy importante. Por ejemplo ahora tenemos que cruzar a Ucrania, lo estamos buscando desde hace días, estamos haciendo gestiones para tratar de cruzar y no es fácil, no es simple y te vas encontrando con esas trabas”, relató.

“Hace una semana era más fácil cruzar la frontera, pero de pronto el gobierno de Ucrania se puso más rígido, porque no quieren que entren periodistas desconocidos porque ellos entienden que pueden ser infiltrados de Rusia. Esa situación hace que lo que vos planeas, ir a Kiev, no se pueda hacer, porque no se permite. Es muy peligroso, el día a día indica que hoy estamos en la frontera intentando cruzar a Ucrania. El objetivo es hacerlo, estamos preparados para eso, pero hay que buscar por dónde ‘perforar’ la frontera”, reveló.

Luchi y una oportunidad para la que se vino preparando por años

Realizar la cobertura de un conflicto exige la máxima preparación. Nada se deja librado al azar. “Luchi” Ybañez y el camarógrafo Mauro Terenzio se prepararon para un evento de la magnitud de la guerra entre Ucrania y Rusia.

“Hemos hecho cursos de corresponsalías de guerra, los dos. Mauro hizo uno hace poco, yo en el 98 y en el 2014 en Medio Oriente; allí estuve 23 días, en Periodismo por la Paz, recibiendo capacitaciones que tienen que ver con la práctica, cómo debe uno comportarse ante situaciones de riesgo y además toda la teoría: de cómo das tu mensaje periodístico, cómo yendo a una situación conflictiva no siempre vas a querer aportar hacia el conflicto, sino al revés, es aportar un mensaje de esperanza o un mensaje real, pero sin golpes bajos”, manifestó.


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