Asesinó a tiros al primo en un cumpleaños y luego lo fracturaron a trompadas y patadas
La víctima resultó Wido Enrique Gregotti, “Torito”, de 36 años. El homicida, Gonzalo Agustín Ullua, 20, del Bº La Merced.
De tres disparos de escopeta, un joven asesinó a su primo ayer a la mañana en el Bº Municipal de Villa Ojo de Agua. Al final padeció la furia de los familiares de la víctima, quienes lo atacaron a trompadas y patadas hasta dejarlo inconsciente.
El alcohol y la violación a las normas vigentes por la pandemia estuvieron presentes en la casa de la familia Gregotti, según la investigación que recayó en personal de la Seccional 31 y debido a la tragedia pasó a manos de la División Homicidios y Delitos Complejos.
La víctima fatal fue identificada como Wido Enrique Gregotti, alias “Torito”, de 36 años, con residencia en Calle Heriberto Guzmán, Bº Centro, y el presunto homicida, Gonzalo Agustín Ullua, 20, del Bº La Merced.
La investigación
Los testigos confiaron que la fiesta congregó a numerosas personas desde las 24 del sábado.
Habría abundado la comida, el alcohol y la música. Nadie sabe por qué los primos pasaron de la armonía a la furia, al extremo de enfrentarse a trompadas.
El que peor habría terminado habría sido Ullua. Se repuso, salió de la casa, tomó su moto y se marchó.
Previa al horror
Mal pensaron los otros invitados que la pelea llegó a su fin. Aquella pausa sólo habría sido la calma que precede a la tempestad. Quince minutos después Ullua regresó con una escopeta. Llamó a Gregotti, quien salió a la vereda para hablar o seguir peleando.
Esta vez Ullua fue más implacable. “Vení hdp”, habría bramado. A escasos tres metros de Gregotti, apuntó y disparó a las piernas y al pecho. Gregotti se precipitó a la tierra, tomándose el pecho con gesto de incredulidad.
Al grupo, sin límites
Ullua habría continuado disparando (seis tiros) y hasta habría herido a dos jóvenes más con las perdigonadas.
“Lo mataste c...”, gritó un joven. Al escuchar el estampido, salió a la vereda el dueño de casa, Ramón Ángel Gregotti, de 43 años, hermano de la víctima fatal.
Al contemplar a Wido en el piso y Ullua armado arriba de su moto, listo para huir, Ramón se abalanzó sobre él y lo derribó.
Sed de venganza
En segundos, lo golpeó y despojó de una escopeta Warning.
Detrás, hicieron lo propio al menos siete jóvenes que golpearon a Ullua a trompadas, patadas y hasta con un palo, mientras los vecinos contemplaban desde sus ventanas tamaña batahola.
A las 8:10, el cuadro se tornó indescriptiblemente tétrico.
Gregotti yacía agonizante en la vereda y Ullua, desmayado y fracturado por los enardecidos parientes de ambos.
Nadie imponía una cuota de cordura y el azar, o la casualidad quizá, determinaron que no serían dos las familias diezmadas.
“Hdp, vas a morir de la misma manera”, la ira colectiva
Durante cinco minutos Ullua fue golpeado por los otros hombres, mientras lo insultaban. “Hdp, vas a morir de la misma manera”, le recriminaron.
Recién cuando lo vieron desmayado, los otros sujetos lo dejaron en paz. Después, en una camioneta trasladaron a Gregotti hacia el Hospital Zonal. En otra, hicieron lo propio con el joven al que acababan de lesionar a patadas.
Al examinarlo, la doctora Patricia Niffeler habría informado que el paciente presentaba “herida de arma de fuego en zona lumbar izquierda, muslo anterior izquierdo y muslo zona lateral derecha, hemorragia interna” y ordenó su derivación al Hospital Regional.
A su vez, Ullua presentaba “politraumatismo en el cráneo”, por lo que también fue conducido al Hospital Regional, precisaron los investigadores. Mientras la ambulancia lo trasladaba Gregotti dejó de existir, dijeron las fuentes. Al instante, el vehículo retornó a Ojo de Agua.
El fiscal Ángel Belluomini ordenó que el cuerpo sea conducido a la Morgue Judicial para la correspondiente autopsia.
Hay temor de un ajuste de cuentas en el Hospital Zonal
Mientras la familia de Gregotti tramitaba la entrega del cuerpo y era informada que debía ser sometido a autopsia, Ullua fue alojado en la Capital, ya que a media mañana hubo un grupo de jóvenes que acordó trasladarse al Hospital Zonal de Ojo de Agua y agredirlo nuevamente.
La información fue deslizada por uno de los familiares de ambos protagonistas. La policía no la descartó, pero tampoco la negó. Sí se sabe que los funcionarios alertaron al fiscal sobre la tensión emergente y Belluomini habría resuelto descomprimir todo y alejar el peligro de la Villa con el detenido bien lejos.
La tragedia de Gregotti provocó un profundo cimbronazo en la zona. Las muestras de afecto, solidaridad y pésame se plasmaban por las redes sociales y quizá se potenciarán en esta jornada al tributarle el último adiós, en la ceremonia de sepultura.
Los voceros señalaron anoche que no había rivalidad o conflictos irresueltos entre ellos.
Es más, la gente solía verlos juntos compartiendo reuniones y hasta picaditos de fútbol. Por ende, las especulaciones atribuían al alcohol el amanecer de furia desmedida, ira, sangre y luto.