“Que no pase su Pascua inadvertida, que no quede tapada por lo que nos inquieta o preocupa”
“Vayan y preparen el lugar. Llevamos viviendo un año difícil y debemos prepararnos y adecuarnos a las nuevas situaciones” pidió, y rogó “perdón por los pecados sacerdotales”.
El Obispo diocesano José Luis Corral, encabezó la ceremonia religiosa rodeado de todos los sacerdotes, llegados de la extensa diócesis local. En su homilía, el prelado expresó: “Jesús antes de la Última Cena mandó a sus discípulos a preparar el lugar donde iban a celebrar la Pascua. Hoy les invito a detenernos en ese mandato-pedido: Preparen el lugar. Llevamos viviendo un año muy difícil y duro en todos los sentidos; vamos aprendiendo muy bien la importancia de preparar los lugares para que estén adecuados y acondicionados a las nuevas situaciones sanitarias que nos afectan. Hemos tenido que ir preparando lugares para nuestras diferentes actividades cotidianas: el trabajo, las clases, las celebraciones de la fe, los encuentros familiares y pastorales”.
Pedido de perdón
Finalizando su homilía, pidió por las personas excluidas, y perdón por los pecados sacerdotales: “Hoy muchos hermanos y hermanas se sienten sin lugar. Muchos como fuera de sistema, algunos como arrinconados por la exclusión y la pobreza, por la enfermedad o por la indiferencia; otros como que no encajan por las imposiciones culturales o ideológicas o por no consentir con prácticas teñidas de corrupción; otros discriminados por sus creencias, condición sexual, origen social o cultural. Todo ello interpela a la Iglesia cómo ser espacio y casa para acoger a todos, lugar de encuentro y donde se ofrezca la novedad y la frescura del mensaje de Jesús”.