REALIDAD EN CUARENTENA

Para lograr una mayor longevidad no hay que abandonar la actividad física sostenida

La ejercitación, sumada a los buenos hábitos saludables genera una expectativa de vida mayor entre quienes cumplen periódicamente con estos ítems. La pandemia no es excusa para abandonar la rutina, dicen los expertos.

Se sabe que la alimentación saludable y la actividad física son los pilares para lograr mayor longevidad y con mejor calidad de vida, sostienen los especialistas. Sin embargo, ambos hábitos se vieron alterados durante el aislamiento preventivo y obligatorio en el contexto de pandemia, lo cual significó un duro retroceso para muchos adultos mayores, a quienes se les aconseja retomar una buena alimentación y los ejercicios periódicos para lograr una óptima calidad de vida.

El Dr. José Stenberg, médico cardiólogo y deportólogo, en diálogo con EL LIBERAL remarca los beneficios del complemento de estos hábitos para vida diaria.

“Veamos en específico algunos beneficios del ejercicio físico obtenidas como conclusiones de diversos estudios. Estos reducen el índice de muerte a la mitad en personas con hipertensión que se ejercitan con regularidad. Además en el caso de los varones, los que caminaron 14,4 kilómetros o más cada semana, por ejemplo, tuvieron un 21% menor índice de mortalidad que los varones que caminaron 4,8 kilómetros o menos”, explica y ejemplifica.

En ese contexto indica que “el riesgo relacionado con un estilo de vida sedentario igualó el riesgo de fumar una cajetilla de cigarrillos al día o tener un 20% de sobrepeso”.

Por ello, el profesional insiste en la importancia de la actividad física periódica y brinda tips para lograr el bienestar generalizado para alcanzar, seguramente una mayor longevidad.

“Es importante realizar una hora de caminata enérgica, cinco días a la semana o una rutina vigorosa al menos una vez a la semana. Esto, está comprobado, reduce el riesgo de accidente

cerebrovascular casi a la mitad. La caminata enérgica durante 30 minutos 5 días a la semana reduce el riesgo de accidente cerebrovascular en un 24%’, detalla Stenberg.

La contundencia de la relación entre la falta de ejercicio y el riesgo de enfermedad cardíaca es igual al de la hipertensión, tabaquismo y colesterol elevado, explica el cardiólogo.

“Para las mujeres posmenopáusicas caminar enérgicamente durante 2 horas y media a la semana (cerca de 30 minutos al día, cinco días a la semana) redujo el riesgo de enfermedad cardíaca en un 30%”, detalla el doctor Stenberg sobre los resultados de su estudio.

Beneficios: son muchos, 
a corto y largo plazo 

Beneficios: son muchos, a corto y largo plazo

La actividad física es más que necesaria para llegar a una adultez saludable, sobre todo cuando se ingresa a la tercera edad.

“Ésta previene y trata la osteoporosis y a través de ello, previene caídas en personas añosas; previene lesiones malignas como el cáncer de mama y de colon; previene y trata el aumento de peso, y la hipertensión arterial; previene y trata la pérdida de masa muscular a cualquier edad; previene la depresión, disminuye la ansiedad y mejora la autoestima; mejora a calidad del sueño y la inmunidad general”.

Finalmente expresa que “en definitiva es la única modificación que una persona puede iniciar con tantos resultados favorables”.


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