José María Chazarreta, un chef santiagueño radicado en Marbella
Tiene un restaurante en la ciudad española. Allí, junto con su familia, se destaca en la elaboración de “comidas internacionales y creativas”. Cómo fue su vida en Santiago.
Marbella es la ciudad española que, por su inconmensurable belleza, atrajo al santiagueño José María Chazarreta quien, desde hace nueve años, se desempeña como cheff (tiene un restaurante propio) en ese balneario de la Costa del Sol, en el sur de España. En una entrevista con EL LIBERAL, José María habló de su presente y su futuro, sin dejar de lado su pasado.
¿Hace cuántos años que te fuiste de Santiago del Estero?
La primera vez que me fui fue a los 16 años a trabajar en Buenos Aires en una fábrica de ropa. Volví y después emprendí un nuevo viaje a los 19 años. Es ahí donde, prácticamente, no volví más. Siento que todavía no me fui porque Santiago me pertenece, es una parte de mi vida y mi corazón está ahí. Me fui cronológica y físicamente, pero espiritualmente siempre vago por sus calles, siempre me acuerdo de mi pago.
¿Qué fue lo que determinó la partida hacia Marbella?
El gran potencial turístico que tiene Marbella y su prestigio. Entonces, pensé que era un buen lugar para comenzar y, bueno, sinceramente, no me equivoqué. Es un lugar increíble y súper recomendable para soñadores.
¿Hace cuántos años que estás radicado en Marbella?
En forma estable, desde hace nueve años. En otras ocasiones estuve viviendo en Londres, Irlanda, Múnich y en Zúrich (Suiza).
¿En qué estás trabajando en Marbella?
Trabajo en Momo Marbella. Es un restaurante que lo creamos con mi mujer, alemana, hace varios años. Es un proyecto que estaba en sueño y se pudo realizar. Hacemos comida internacional y creativa. La verdad, estamos muy contentos con lo que hacemos.
¿Te costó adaptarte a los cambios?
Adaptarme es una palabra que no la conozco porque, a veces, cuando hay necesidad no tienes opciones. Entonces, adaptarte a algo es como una obligación. Sinceramente, no me cuesta mucho adaptarme a los cambios porque los cambios son muy buenos porque producen, desde otras perspectivas, cosas que se te van ocurriendo en la vida. Entonces, para nada, no me ha costado para nada adaptarme a los cambios.
¿Tienes la ciudadanía española o visa de trabajo?
Tengo lo que se llama residencia comunitaria española. Es de larga duración. Es hasta que yo decida renunciar. Tengo la posibilidad de acceder a la ciudadanía española, pero nunca lo he realizado.
Extraña ver a Central Córdoba y escuchar folclore en vivo
¿Qué actividades desarrollabas en Sgo. del Estero?
En principio, desarrollaba actividades a nivel deportivo. El primer deporte, por supuesto, era dormir (se ríe), jugar al paddle. En algunas ocasiones, a nivel laboral, he tenido la oportunidad de trabajar. He trabajado, donde yo siempre voy a estar agradecido con la familia Díaz, en un estacionamiento lavando autos, cuidando. Así que, eternamente agradecido con esa familia. Son oportunidades que, como había dicho antes, no había muchas y las pocas que se presentaban había que aprovecharlas y esa, para mí, era una gran oportunidad. Así que, siempre agradecido con todo el mundo que me ha ayudado y me ha dado una mano para salir adelante.
¿Dónde estudiaste?
Estudié, la primaria, en la Escuela N° 28 Domingo Faustino Sarmiento. La secundaria fue un poco atropellada, por decirlo así, porque eran momentos de ver si trabajaba o estudiaba. Entonces, al final, ni una cosa ni la otra. Entonces, terminé estudiando en la Escuela Nicolás Avellaneda, donde concluí la secundaria.
¿Cómo es tu familia?
Mi familia está conformada por mi madre Mirta, mi hermano Daniel, mi hermana Marcela y por mis dos hijos (Carlota, de 9 años de edad, y Noa, de 5 años de edad), y mi mujer, de origen alemán, que se llama Catherine.
¿Qué extrañas más?
Se extraña mucho las comidas tradicionales, los eventos musicales. Ver una banda en vivo tocando folclore sería algo increíble para ver. Extraño ver a Central Córdoba. Extraño ver a mis amigos. Extraño caminar por la provincia. Extraño caminar por las calles de Santiago.
¿Cómo enfrentaste el desarraigo?
El desarraigo es una palabra muy fuerte, con mucho sentimiento porque a la hora de emprender algo o de sentir el desarraigo es, como la palabra lo dice, es como romper raíces y alejarte de tu madre, de tu familia, de tus amigos, de tu entorno. En su momento, me pareció algo muy difícil, muy duro, pero lo tenía que entender y, bueno, no tenía opciones. El desarraigo es una situación complicada a la que hay que aceptar cada vez que se emprende. Pero, bueno, nos ayuda a adquirir mayores experiencias y a ser más fuertes.
¿Volviste a Santiago?
Volví hace tres años. Estuve en Santiago y visité un par de amigos. No estuve mucho tiempo. Vine en tiempos en que hacía mucho calor. Como parte de mi familia está viviendo en Villa Gesell me pasaba más tiempo ahí. Los días los aproveché al máximo.
Chazarreta y el coronavirus: “Lo llevo con mucha conciencia y un poco molesto con las restricciones”
¿Cómo sobrellevas el coronavirus?
Lo llevo bien porque tengo que estar bien. De esa manera, me mantendré sano. Si me pongo a pensar y a crear cosas en mi cabeza, seguramente que se va a convertir en algo negativo. Lo llevo con mucha conciencia y un poco molesto con las restricciones que nos ponen. Hemos perdido libertades. Es un momento para reflexionar y para hacer las cosas de diferente manera. No creo que se estén haciendo las cosas bien con respecto a esta enfermedad, por decirlo así.
¿En Marbella se respetan las medidas para frenarlo?
Aquí, en España, no se entiende. Podría decir que la gente es respetuosa con las restricciones, pero si vemos un tren en Madrid va completamente lleno de gente y vemos un restaurante muy grande y con muchos espacios que respeta, más o menos, las distancias y que tiene un protocolo para desarrollar su actividad. Entonces, ahí es donde no entiendo quién es el que no respeta las restricciones. Es algo un poco confuso si lo vemos así o si lo queremos entender de esa manera, pero para mí no es algo equitativo, pero, en primera forma, si se respetan las restricciones.
¿Cuál es tu mirada sobre el coronavirus?
Es un virus que nos afecta directamente a nuestro sistema inmunológico que va a ser superado a base de buena alimentación. Será un proceso de la naturaleza que habrá que superarla. Y se superan estas cosas teniendo fe y no teniendo miedo. Esa es mi opinión.
¿Qué opinas acerca de las vacunas?
La industria farmacéutica es uno de los grandes imperios. Así que, no me sorprende que haya ese tipo de especulación con la parte que compete a la sanidad pública. En principio, si hay algún virus tendría que tomarse las medidas preventivas para que no haya que lamentar víctimas por malos componentes que tienen las vacunas.