Falleció el copiloto del avión sanitario que se estrelló en Esquel
Ángel Martín Gamboa, que se encontraba en estado crítico en el hospital local, murió en horas de la madrugada. Es la tercera víctima del accidente.
El copiloto del avión sanitario que se estrelló el martes por la noche cuando intentaba aterrizar el aeropuerto de esta ciudad murió esta madrugada. Ángel Martín Gamboa tenía el 60 por ciento del cuerpo quemado y su estado era crítico. Había sido rescatado junto al piloto, Mariano La Torre, quien ayer fue trasladado en un avión sanitario a Capital Federal.
El accidente sumó así su tercera víctima fatal. En la aeronave, que había ido a Esquel para trasladar a una chica de tres años con una cardiopatía, viajaban además otros dos ocupantes que murieron en el acto. Las víctimas faltes fueron identificadas como Federico Bassi y Patricio Walmsley, el médico y el enfermero, respectivamente, que participaban del operativo de traslado contrato por una obra social.
Los médicos de Esquel habían recomendado no trasladar todavía al copiloto de la aeronave, quien finalmente falleció esta madrugada por las graves heridas y quemaduras.
Gamboa tenía 50 años y la aviación era su pasión. En 2011 se había recibido como piloto. Era licenciado en Comercialización y había resuelto dedicarse de pleno a los aviones.
Era piloto comercial de primera clase, instructor de vuelo de avión, instructor de vuelo de planeador y formado en la realización de vuelo por instrumentos y nocturno. Tenía 2900 horas de vuelo y 1600 horas como instructor.
Entre 2012 y 2018 fue instructor en la Escuela de Vuelo Fly Tango. Precisamente, desde el mismo 2018 forma parte de la empresa MD Fly.
Ayer las autoridades hospitalarias de Esquel habían remarcado que estaba en estado también es crítico inclusive desestimando la posibilidad de un traslado a otro centro de mayor complejidad.
"Tiene un 60% de la superficie corporal quemada, un traumatismo de torax, contusión pulmonar y hematomas a nivel intestino", señaló ayer el Director del Hospital de Esquel, Sergio Cardozo.
El accidente se produjo sobre las 23 del martes, cuando la aeronave Learjet 35 matrícula LV-BXU impactó en inmediaciones del Aeropuerto Internacional Brigadier General Antonio Parodi, al este del centro de Esquel. Un denso banco de niebla habría provocado el accidente.
La aeronave había partido del aeropuerto de San Fernando, en Buenos Aires, a las 20.23 y la hipótesis más firme hasta el momento es que se habría accidentado por la niebla que dificultó las maniobras de aterrizaje.
Las otras dos víctimas
Bassi, el médico que murió en la tragedia, se comunicó con su familia el martes sobre las 19. "Familia, en un rato viajo a Esquel", les informó. Fue su último mensaje. El profesional de 44 años fue una de las dos víctimas fatales del trágico accidente del avión sanitario.
De Bahía Blanca, se radicó desde hace décadas en la ciudad de Quilmes. Desde hace 15 años ejercía como cardiólogo de la Unidad Coronaria del Sanatorio Modelo de Quilmes y desde 2007 también se desenvolvía en el Hospital Argerich.
A Bassi también le fascinaba volar. Fue así que obtuvo un grado en Evacuación Aeromédica en el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial. El médico estaba en pareja y tenía un hijo de 7 años, Benjamín, producto de una relación anterior.
Al igual que los otros tres tripulantes del trágico vuelo, el médico formaba parte de la empresa MD Fly, una compañía que brinda el servicio de Ambulancias Aéreas y Escolta Médica en el país desde 1995.
Walmsley era enfermero y tenía larga experiencia en operativos de aeroevacuación médica, de los que participaba desde 2009. Estaba especializado en enfermería pediátrica. Entre 2013 y 2018 formó parte de las organizaciones Médicos Sin Fronteras y Save The Children y trabajó en zonas como Haití, República Centroafricana, Níger, República Democrática del Congo.
Para el viaje a Esquel, el enfermero tomó el viaje entre otros tres profesionales posibles.
Minutos antes de despegar a Esquel, el enfermero subió una foto a su estado de Whatsapp: "Sanitario a Esquel", decía, con una foto que lo mostraba dentro de la avioneta y con el barbijo puesto. Fue su última imagen con vida.
En un posteo en sus redes sociales, el joven había escrito un mensaje para sus colegas de la salud. "No hay nada que aplaudir", consideraba, en alusión al mensaje de cada noche a los trabajadores de la salud. "La salud está mas de luto que nunca. Deberían hacer un minuto de silencio", aseguraba.
Según el enfermero, los trabajadores sanitarios "trabajan cara a cara" con la pandemia, "todo esto con una base previa que desvaloriza años de estudio, perfeccionamiento y dedicación".