PSICOLOGÍA

Por favor terminemos con los estruendos

La época de las fiestas de Navidad y Fin de Año es un verdadero calvario para los niños con autismo, tal cual lo describen tanto padres como nosotros como especialistas neuropsicólogos.

Al tener su capacidad auditiva incrementada perciben los estruendos como una verdadera catástrofe, tanto así que según relatos de papás lejos de disfrutar, hasta esperan a la mañana de Navidad para abrir los regalos.

Incluso los profesionales neuropsicólogos comentamos que los primeros días de enero deben ayudarlos a reponerse del impacto de los festejos. Un documento elaborado por mí como neuropsicólogo en lo que corresponde a tan delicado tema y desde mi lugar como profesional de la salud mental detallo que el Trastorno del Espectro Autista (TEA), conocido comúnmente como autismo, tiene entre sus síntomas la hipersensibilidad en sus sentidos y sobre todo la auditiva.

Las personas que presentan dicho trastorno son muy sensibles a los estímulos externos; sonidos, imágenes, olores, y por lo tanto la pirotecnia los afecta directamente. Como una catástrofe, así se llega a pensar, de forma distorsionada en la faz cognitiva como para darle una expresión de lo que sufren estos niños con autismo ante las explosiones y los ruidos que son lo más parecido al fin del mundo para una persona que tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA); fueron las palabras de una mamá que me hizo una consulta de cómo debía resguardarlo para estas épocas, fue una situación muy delicada para el paciente y para su mamá y para mí como profesional un sentimiento de impotencia ante tanta desconsideración para el prójimo con el festejo de pirotecnia.

Por este motivo es que, un año más y con miras a que definitivamente se prohíba su comercialización, grupos de padres de chicos con estos trastornos (TEA y Trastorno Generalizado del Desarrollo -TGD-) llevan adelante una campaña para concientizar a la gente y desalentar el uso de la pirotecnia tradicional. Nosotros como neuropsicólogos explicamos que suele ser una carga de estímulos muy alta, por el ruido o por las luces, los fuegos artificiales tienden a desorganizar en exceso a los chicos con TEA, la situación los supera y reaccionan: lLes genera un alto nivel de estrés y ansiedad

lSienten miedo lo que los lleva a tener crisis por ejemplo de llanto, gritos, se tapan los oídos de manera desesperada y pueden llegar a autolesionarse.

lLa perturbación que les provocan los sonidos fuertes incrementan su nivel de cortisol en sangre, lo que los pone tensos y tienen conductas estereotipadas y repetitivas

lEl impacto los lleva incluso a tomar una actitud agresiva como forma de manifestar la molestia

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