Florencia Paz: “Yo siempre siento que estoy empezando cada día”
Si bien canta desde muy chica, no sólo en el ambiente familiar sino en los escenarios, adonde comenzó a mostrarse invitada por su padre, el “mansero santiagueño” Onofre Paz, Florencia siente que recién ahora está desplegando su vuelo personal. Tiene dos discos, va por el tercero y emprendió desde Santiago la gira promocional de sus nuevas canciones.
Lleva una década cantando como solista, y cada año le ha ido regalando madurez y seguridad para encarar nuevos desafíos. El primero de ellos fue darse a conocer con “Amuleto”, su primer disco, el cual nació de la mano de su padre Onofre Paz y su hermano Martín, con quienes trabajó mucho y bien. El segundo, “Despertar”, que le significó un Premio Gardel al Mejor Nuevo Artista Femenina de Folclore, y con el que comenzó a permitirse hacer algo distinto. Incluyó canciones de su autoría y otras inéditas de autores conocidos. La producción de Flor no cesa. Ya está trabajando en su tercer disco, el cual tendrá aún más composiciones suyas, como “Algo de mí” y “Una canción que no terminará”, las que lanzó con videoclip incluido y está presentando en todo el país. Primero en Santiago del Estero, la tierra de sus ancestros.
“Cambió un poco la modalidad de presentación de los discos, y si bien el disco completo va a estar terminado el año que viene, aunque tampoco estamos a mucho porque faltan menos de dos meses; vamos a ir lanzando singles, creo que dos más y después vendrá el lanzamiento del disco completo. Cada canción es muy especial y está elaborada con mucho trabajo, así que pensamos que es más fructífero poder mostrarlas más en detalle”, confió Flor a EL LIBERAL durante su visita a la Redacción.
Las dos canciones que la trajeron a Santiago del Estero son “Algo de mí”, que la compuso con su productor Juan Blas Caballero, y “Una canción que no terminará”, escrita en colaboración con Cachorro López y Sebastián Schon.
¿Qué te gustaría que no termine?
“Una canción que no terminará” es algo que tiene una continuidad, porque “Algo de mí” es bastante autobiográfica, sobre cómo fue mi crecimiento con la música; cómo me trasladó mi papá todo ese amor y esa vocación por el canto; dándome un poco la bendición para esta nueva etapa. “Una canción que no terminará” es este nuevo camino que se abre en el presente, un camino nuevo que empieza para mí y que no tiene final. Es como dando el inicio a esto nuevo que se viene.
¿Cómo describirías el camino que has hecho con la música?
Uno no se da cuenta porque trabaja mucho todos los días para que las cosas sucedan, para ir mejorando de a poquito, y van pasando los años, y de a poquito uno se va construyendo. Yo siempre siento que estoy empezando. Si bien van pasando los años y los discos me dieron mucha más seguridad en lo musical, no pierdo el incentivo por seguir aprendiendo. Este año me aboqué a algo que no había hecho que fue componer, juntarme con otros artistas... Tuve la oportunidad de relacionarme con productores muy importantes de la industria de la música que me están ayudando muchísimo, y estuve escribiendo mucho. Pasé tiempo encerrada en Buenos Aires componiendo, juntándome con muchas personas y tomando clases de canto también. Este año me aboqué mucho más a componer y a poder decir en las canciones un poco más lo que deseo y lo que me nace del corazón. Así que tengo mucha fe y esperanza de que a la gente también le guste.
¿Qué tienes para decir?
Lo que tengo para decir en “Algo de mí”, por ejemplo, es una manera de agradecimiento, porque si bien siempre voy a estar vinculada y me encanta hacer música con mi papá, siento que también le debo muchísimo y esa canción es como una manera de homenajearlo y agradecerle todo lo que hizo por mí. Y también mostrarlo a él, dándome una bendición para volar desde lo musical, porque si bien hace muchos años ya que he volado, considero que en la etapa personal estoy en una etapa más de maduración, más personal mía. Y la verdad es que me siento con mucha seguridad y mucho amor por lo que estoy haciendo. De acá en adelante lo voy a llevar con mucha alegría porque es diferente. Es una etapa nueva para mí.
Los primeros discos “Amuleto” y “Despertar” le han dado seguridad
“La verdad que es increíble porque uno no se da cuenta. Yo venía cantando ya desde chiquita, me gustaba hacer muchas cosas artísticas, pero cuando terminé el secundario, a los 17 ó 18 años, fue que mi papá me sugirió la idea de sacar un disco. Yo cantaba en todos lados porque él me presentaba adonde iba y la gente me preguntaba si tenía algo (un disco) adonde poder seguir escuchándome, entonces mi papá me dijo: ‘Me parece que es momento ya de que grabes’. Y así fue como empezamos a trabajar, primero con mi hermano Martín y mi papá, con todo el amor y el sacrificio, y eso me abrió un montón de puertas. Fue una linda carta de presentación y creo que los discos son importantes en la carrera de uno. Logran sacar lo mejor de vos, porque vos también ponés lo que más tenés para que ese disco sea un gran resultado, y también te va ayudando a crecer, y es un nexo con el público”. Así resumió Flor Paz lo que fueron sus primeros pasos como solista, con la edición de “Amuleto”.
A tu primer disco le siguió poco tiempo después “Despertar”. ¿A qué sientes que has despertado?
Todos los discos están sellados en una etapa diferente. Ese disco fue muy especial, y en comparación con “Amuletos” fue la primera vez que yo me animé musicalmente a soltarme. Ya estaba un poco más ducha, como quien dice, y me animé a soltarme un poquito más en lo que me gustaba. Entonces fue un despertar de perder un poco esa inocencia que tenía en el primer disco, cuando era más chica, más adolescente, y despertar musicalmente y en lo personal también. Fue el despertar a cantar canciones y letras con las que realmente me sentía identificada, y puse muchas canciones inéditas. Fue un desafío porque teniendo en la familia tantas composiciones lindas, la verdad que animarme a cantar algo nuevo fue un desafío. Canté de otros autores, del productor del disco... y tuve muy buen resultado. La verdad que fue animarme a ver qué pasaba y a la gente le gustó y lo aceptó. Y fue el puntapié para jugarme un poquito más con las composiciones. l